Expertos y directivos del Consenso Económico y Empresarial de PwC han recortado cuatro décimas sus previsiones de crecimiento para el Producto Interior Bruto (PIB) español este año hasta el 4%, y han rebajado nueve décimas sus estimaciones para 2023 al 3%.
Así se desprende del último informe del Consenso Económico y Empresarial de PwC, correspondiente al segundo trimestre del año, en el que los expertos y directivos empeoran su opinión sobre la evolución de la actividad en España a un año vista.
En concreto, y de acuerdo con el informe, aumenta en cerca de veinte puntos respecto al anterior informe, hasta el 49%, los expertos y directivos encuestados que consideran que dentro de doce meses la economía española irá a peor.
Este pesimismo se fundamenta, sobre todo, en un empeoramiento de la situación financiera de las familias y en una caída, en los próximos seis meses, tanto del consumo como de la demanda de vivienda, como consecuencia de la inflación y de una menor renta real disponible.
No obstante, los panelistas consideran que las empresas, por su parte, van a aguantar mejor la situación y esperan que la inversión productiva y las exportaciones, así como la creación de empleo, se mantengan estables, según más de la mitad de los expertos entrevistados.
BUENAS PERSPECTIVAS PARA EL VERANO
Los expertos señalan, eso sí, una mejoría de la economía española en los últimos meses respecto a inicio del año y apuntan a que esta se mantendrá, aproximadamente, hasta el final del verano. Crecen en doce puntos -del 18,1% al 30,4%- respecto al primer trimestre, el porcentaje de los panelistas que califican como bueno el momento coyuntural de la economía española, y se mantienen en torno al 50%, los que lo consideran regular.
Esta opinión se prolonga para los meses de julio, agosto y septiembre, seguramente por las buenas expectativas de la temporada turística, pero que empieza a quebrarse a partir de entonces, como constata el propio informe.
AUMENTO DE PRECIOS POR PARTE DE LAS EMPRESAS POR LA INFLACIÓN
La opinión de los integrantes del Consenso Económico sobre la evolución de la inflación muestra el deterioro progresivo de las expectativas desde principios de año y esperan que se sitúe en el 6,6% en 2022 y en el 4,3% en junio de 2023.
De hecho, el 63,4% de los panelistas afirman que sus empresas o las de su sector de actividad van a seguir aplicando una política de aumento de precios en los próximos meses como consecuencia del incremento de otros costes, más allá de los salariales.
En relación con la evolución de los tipos de interés, el consenso de los expertos deja sobre la mesa una contradicción. Si bien una amplia mayoría se muestra muy preocupada por el cambio de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y por su impacto en el crecimiento.
A la hora de cuantificar el incremento del precio del dinero, los encuestados esperan que estos aumentos sean relativamente suaves y que los tipos se sitúen en el 0,5% a finales de año y entre el 1% y el 1,5% en junio de 2023.
CONFÍAN EN QUE LA GUERRA ACABE EN PRÓXIMOS MESES PERO CON CESIONES
Los panelistas encuestados confían en que la guerra en Ucrania podría acabar en los próximos meses con una partición de este país, la cesión a Rusia del territorio del Dombás, y con un acercamiento de Ucrania a la Unión Europea y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Esta es la principal hipótesis para el 40,3% de los encuestados, aunque un 28,1%, opina en sentido contrario: estima que el conflicto se volverá permanente, durará varios años, y se acabará convirtiendo en una larga guerra de desgaste en la que Occidente seguirá apoyando militar y económicamente a Ucrania. El escenario que prácticamente nadie contempla es que Ucrania logre expulsar a las tropas rusas sin ceder territorio.
Donde sí que hay una postura común es acerca de un posible levantamiento de las sanciones económicas, comerciales y financieras a Rusia que, según el 68,4% de los entrevistados, se podrían quitar de forma gradual pero siempre como parte de un acuerdo que ponga final a la invasión rusa.
Los expertos y directivos (52,2%) se muestran muy preocupados por los efectos económicos, políticos y desde el punto de vista de seguridad de la invasión de Ucrania, y califican los acontecimientos como «gravísimos». El 43,5% la consideran como la mayor amenaza al crecimiento de la economía mundial, por delante de la subida de los tipos de interés en EE. UU. y Europa que, no obstante, es el otro gran factor que inquieta a los panelistas. La desaceleración del crecimiento de la economía China, por el contra, no parece estar todavía entre las principales preocupaciones de los panelistas.
IMPACTO DE LA GUERRA EN ESPAÑA: PREOCUPACIÓN POR LA ENERGÍA
Respecto a la economía española, los encuestados se dividen entre los que piensan que la guerra hará que el país crezca mucho menos de los previsto, pero el PIB seguirá aumentando (39,1%). Y los que van más allá (31,3%) y estiman que su impacto será muy relevante, hasta el punto de que acabará produciendo una recesión a finales de 2022 o en 2023. Cuando se les pregunta sin piensan que el actual contexto económico y político lleva a la actividad en España a la estanflación, un amplío 63,5% cree que todavía es pronto para saberlo.
El incremento de los precios de la energía es señalado por el 50,4% como el impacto más importante del conflicto bélico para España. Le sigue la incertidumbre que genera la situación y el aumento del precio de los alimentos. Precisamente, sobre la estrategia energética de Europa los expertos, directivos y empresarios (74,8%) apuestan por diseñar un plan, a medio plazo, para que la Unión Europea se desenganche de los hidrocarburos rusos gradualmente.