Con la intención de vivir una experiencia diferente semejante a la que puede pasar un farero en la costa noruega, la Asociación de Turismo de Haugesund ha desarrollado cinco pequeñas cabañas de madera al borde de un acantilado, junto al faro de Ryvarden, uno de tantos en la costa occidental del municipio de Sveio en el condado de Vestland, a una hora en avión desde Oslo (más de seis horas en coche).
Estos pequeños alojamientos tratan de aunarse con el terreno, con estructuras suaves que han tratado de no dejar marca pero que a la vez sean resistentes a los fuerte vientos que reinan en la zona. Cada una de las cabañas tiene una gran ventana que da una vista panorámica a lo largo de la costa y más allá. Cuneta con su propia cocina y una sala de estar con chimenea y baño.
Están bautizadas con el nombre de ‘Flokehyttene’ en homenaje a Floke Vilgerdsson, el primer nórdico que navegó libremente hacia Islandia en el siglo IX. Se cuenta que en el año 869 zarpó desde estas playas hacia un destino desconocido.