Bankia, que pasará a hacer efectiva su fusión con CaixaBank y desaparecer como marca en 2021, cierra con máximo de cuota en fondos en 2020. La entidad termina su último ejercicio con un 7,51% de cuota, frente al 7,05% que reunían el año anterior.
En este sentido, destacan su evolución en captaciones, con más de 1.328 millones de suscripciones netas en fondos en 2020. El patrimonio, se queda al borde de los 24.000 millones a finales del año pasado, un 7,3% más interanualmente. En pensiones, suben un 1,7% durante 2020 y se quedan en los 8.616 millones de patrimonio.
La firma registra también un incremento de sus ingresos por comisiones en gestión de activos. Concretamente, un 3,1% más interanualmente, hasta los 425 millones. Un total de 371 millones corresponden a fondos, pensiones y seguros, y el resto a servicio de valores, que crece un 12,6% y alcanza los 54 millones.
En general, señala José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, el último trimestre de 2020 ha sido un “buen colofón y marca una buena inercia para entrar el 2021”. Un año que estará marcado por su fusión con CaixaBank.
La razón de esta operación corporativa, reflexiona Goirigolzarri, tiene que ver con una previsión de tipos de interés negativos hasta por lo menos el 2026. “Este contexto supone un cambio estructural del negocio y requiere soluciones estratégicas, no tácticas”, afirma.
En este sentido, cree que no hay mayor decisión estratégica para una entidad que una fusión. De los años al frente de Bankia, sitúa como logros haber mejorado la calidad de los activos y el musculo comercial del banco, que se ha reflejado en incrementos de cuota de mercado, como es el caso de los fondos de inversión. Negativamente, valora el impacto de los tipos de interés en las carteras hipotecarias y su consecuencia en los márgenes de intereses.