El impuesto a la riqueza implementado en Argentina por la Administración de Alberto Fernández, que tiene por objeto recaudar más del 1% del PIB para financiar las contingencias de la pandemia, contribuirá a que su país vecino, Uruguay, «reclute argentinos adinerados», según el director del programa de América Latina del Wilson Center, Benjamin Gedan.
En declaraciones a Europa Press, Gedan ha explicado que si bien es comprensible que las autoridades argentinas busquen incrementar los ingresos fiscales, el llamado Aporte Solidario Extraordinario de las Grandes Fortunas «dañará el clima de inversión» del país sudamericano y provocará la marcha de los inversores al país presidido por Luis Lacalle Pou.
Entre otros ejemplos, Gedan ha expuesto el del director ejecutivo de Mercado Libre, Marcos Galperín, quien cruzó el Río de la Plata tras las últimas elecciones presidenciales de Argentina cuando los peronistas volvieron el poder.
Algunos sectores empresariales argentinos también han mostrado su descontento con este tributo. Es el caso de la Unión Industrial Argentina (UIA), que alertó sobre los problemas que acarrearía este impuesto sobre la reactivación de la actividad económica y su efecto sobre el sector productivo.
«El impuesto a la riqueza de Argentina es arriesgado. Dada la débil recaudación de impuestos del país, es probable que genere mucho menos que la proyección del gobierno del 1% del PIB», ha advertido el director del Wilson Center.
En concreto, la propuesta de la formación del Frente de Todos tiene como objeto recaudar 307.000 millones de pesos (3.234 millones de euros) equivalentes al 1,1% del PIB, que afectaría a unas 9.298 personas en el país sudamericano, según datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
La medida consistirá en el cobro en una sola vez de un impuesto progresivo desde el 2% hasta el 3,5% sobre los patrimonios superiores a los 200 millones de pesos argentinos, unos 2,1 millones de euros al cambio actual.
La recaudación de dicho tributo se destinará a la contingencia de la emergencia sanitaria de la Covid-19, el impulso a las pymes, programas de desarrollo, becas al programa integral de becas Progresar y programas de exploración y desarrollo de gas natural, a través de la estatal Ieasa.
Gedan ha reconocido que el intento del Ejecutivo argentino de aumentar los ingresos fiscales «es comprensible» tras los altos costes derivados de las medidas de emergencia implantadas por la pandemia, que dejaron al país sudamericano con una inflación anual de 34%, la segunda más alta de Latinoamérica tras Venezuela, y con el 41% de la población vivienda en la pobreza.
No obstante, ha recordado que Argentina «es un país con altos impuestos, tanto para las empresas como para las familias adineradas, que ya pagan un impuesto especial a la propiedad».