El PMI manufacturero de España retrocede en abril por el paro del transporte, la guerra y la inflación

Por Redacción

El crecimiento de la actividad manufacturera en España continuó perdiendo impulso durante el mes de abril, debido al impacto del paro de transportistas, la incertidumbre sobre la guerra en Ucrania y la preocupación por la inflación, lo que en conjunto provocó que el índice de gestores de compra (PMI) del sector manufacturero retrocediera a 53,3 puntos en abril desde los 54,2 registrados durante el mes anterior.

El informe explica que la producción de las fábricas españolas solo aumentó de forma leve, mientras que los nuevos pedidos cayeron por segundo mes consecutivo. Este nivel de casi estancamiento de la producción reflejó en parte un aumento récord de los stocks de productos terminados generado por el reciente paro de transportistas.

De su lado, la confianza se recuperó parcialmente de la caída récord registrada en marzo, pero no logró volver a los niveles observados en principios de 2022 debido a la persistente incertidumbre en torno a la guerra en Ucrania y la inflación. Los precios cobrados aumentaron en abril a la tasa más rápida jamás registrada.

«La economía manufacturera de España continuó enfrentándose a una combinación de desafíos extremadamente difícil en abril», señala el economista de S&P Global, Paul Smith, quien apunta a la interrupción de los suministros, la guerra, el paro de transportistas y la «rápida inflación» como principales causantes de esta situación.

Smith asegura que estos factores frenaron la producción española y afectaron principalmente a los nuevos pedidos, mientras que los fabricantes observaron un aumento récord en los inventarios de los almacenes. Es por esto que las empresas se mantuvieron «bastante moderadas» con respecto a las perspectivas, a pesar de observarse un repunte desde la mínima registrada en marzo.

«Aunque las presiones de la oferta mostraron algunos indicios de moderación, siguen siendo intensas, conllevando a otra ronda severa de presiones inflacionistas. Las empresas, muy conscientes de que las dificultades relacionadas con los precios y la oferta no van a desaparecer a corto plazo, continúan protegiéndose contra estos problemas aumentando aún más sus stocks de seguridad», concluye Smith.