El Grupo Pelayo es uno de los actores más destacados de los seguros en España. En 2019 rebasó los 500 millones de facturación y los 1.100 empleados. Aun así, ha notado los efectos de la pandemia: «La Covid está afectando a todos los sectores; a algunos de forma dramática, como la aviación, la restauración, la hostelería, el pequeño comercio… Al resto, por la disminución del consumo, el cierre de actividades y el fuerte aumento del paro. Los seguros, como no podía ser de otra forma, también están notando la menor actividad en su negocio, si bien es uno de los sectores que mejor responde a las crisis: cuando éstas se manifiestan, los consumidores y las empresas tienen una mayor percepción del riesgo y se preocupan por cubrir o asegurar su patrimonio, su familia o cualquier eventualidad que pudiese sucederles», señala José Boada, presidente del Grupo Pelayo.
Como muchos ejecutivos, Boada ha echado en falta una unidad de criterio entre el Gobierno, las Comunidades Autónomas y los partidos políticos: «Ante una situación tan grave de emergencia nacional es necesaria una gran coordinación y trabajar en equipo para resolverla, dejando de lado los intereses políticos de cada grupo y actuando con gran generosidad y altura de miras».
En este contexto, el presidente de Pelayo estima que «lo fundamental sería nombrar un gabinete de crisis con los mayores expertos, públicos y privados, en cada una de las materias afectadas, que tuviese el consenso y el respaldo de todos los partidos políticos, dada la magnitud de la crisis sanitaria y económica, y que fuese en el seno de ese gabinete donde se analizaran, se propusieran y se gestionaran las medidas precisas para resolver esta situación lo más rápido posible y al menor coste social».
Boada piensa que, «como en todo análisis inicial, habrá que ver qué se ha hecho bien y qué ha fallado para obrar en consecuencia», y que sería imprescindible la colaboración público-privada para utilizar todos los recursos con los que cuenta la nación.