Ana Botín pide una reforma de la legislación bancaria

Por Redacción

La regulación bancaria necesita un «reseteo» ante los distintos desafíos planteados por la Covid-19 en comparación con los provocados por la crisis financiera de 2008, según sostiene la presidenta del Santander, Ana Botín, en una tribuna publicada en ‘Financial Times’.

«Necesitamos repensar la forma en que regulamos las finanzas», afirma la banquera española. «Esto se debe a que los desafíos planteados por la pandemia de Covid-19 son diferentes de los provocados por la crisis financiera de 2008», sostiene.

En este sentido, Botín recuerda que en la crisis de 2008 las autoridades concluyeron que los bancos fueron una gran parte del problema, por lo que, para reducir los riesgos para la estabilidad financiera, era necesaria una mejor capitalización de las entidades y reducir la dependencia de la gran banca de las economías, alentando la entrada de nuevos competidos, incluidas firmas tecnológicas.

Con estos objetivos cumplidos en gran medida actualmente, la presidenta del Santander señala la necesidad de que el régimen regulatorio acometa «otro reseteo» para afrontar los retos planteados por la recuperación económica, la transición verde y la revolución digital.

Evolución

«No estoy diciendo que debamos romper todas las regulaciones que se establecieron después de 2008. Pero las reglas deberían evolucionar a medida que cambian el mundo, la competencia y los riesgos. Dejemos de regular a través del espejo retrovisor», defiende.

De este modo, afirma que el ritmo de recuperación se aceleraría si los bancos prestasen más a las empresas, haciendo un mayor uso del capital acumulado. «Y si quieren acumular más capital para desplegar, necesitan poder atraer inversores», apunta.

Sin embargo, advierte de que la mayoría de bancos no pueden desplegar plenamente el potencial de sus balances como consecuencia del modo en que los inversores ven la regulación, incluyendo los colchones de capital exigidos al sector tras la crisis financiera y a los que las entidades podrían recurrir en momentos difíciles.

En este sentido, a pesar del permiso de los reguladores para que las entidades recurran a estos colchones para estimular el crédito, los inversores se preocupan sobre qué ocurrirá una vez que la economía se recupere y los bancos deban reconstruir sus reservas de capital.

«Esto llevará tiempo, puesto que los bajos tipos de interés y la debilidad de las economías deprimirán los beneficios de la banca», señala Botín, alertando de que esta preocupación presiona a los banqueros a elevar el capital ahora en vez de emplearlo en financiar la recuperación.

Así, en el corto plazo, propone que las autoridades estabilicen los requerimientos de capital y eliminen la incertidumbre sobre el marco de Basilea III adoptado tras la crisis financiera, así como la simplificación y calibración de la forma en que los bancos pueden calcular su liquidez y capital para absorber pérdidas.

A más largo plazo, apunta la necesidad de abordar la mejor manera de utilizar los colchones de capital y el nivel óptimo de requisitos de capital, así como reexaminar la forma en que los bancos calculan las ponderaciones de riesgo de sus activos, con miras a liberar capital para respaldar nuevos préstamos.

En segundo lugar, Botín señala la importancia de llevar a cabo un reinicio de la regulación financiera para que apoye y acelere la transición verde.

Transición verde

«Los mercados necesitan nuevos incentivos para apoyar la transición a una economía baja en carbono: los reguladores deberían considerar cómo reducir el coste de capital para los bancos que financian actividades verdes», plantea.

Asimismo, un tercer desafío regulatorio, según la banquera española, sería el planteado por la revolución digital, dado que considera que la regulación en la actualidad favorece a las empresas de tecnología que intermedian servicios financieros sobre los bancos, particularmente en el caso de los datos.

«Las grandes empresas de tecnología se están convirtiendo en plataformas de préstamos sin tener que cumplir con la mayoría de las regulaciones bancarias. Su papel, aunque todavía relativamente pequeño en general, está creciendo», advierte, señalando que la «afianzará a los jugadores digitales».

De este modo, la presidenta del Santander subraya la necesidad de «nivelar el campo de juego», no para dar una ventaja a los bancos, sino para eliminar la ventaja que las empresas de tecnología han tenido durante los últimos 10 años.

«Los políticos, reguladores y bancos necesitan encontrar una manera de hacer que nuestra estructura regulatoria sirva mejor a clientes particulares y empresas, mientras ayuda a los prestamistas a brindar resultados a sus accionistas y abordar estos tres desafíos. Se requiere un ‘reseteo'», apostilla