La entrada en vigor de las contrataciones previstas en la reforma laboral preocupa a muchos agricultores, en un sector marcado por el clima y por una fuerte temporalidad, pero el Gobierno y los sindicatos defienden la oportunidad para favorecer el empleo estable y de calidad.
Las organizaciones agrarias insisten en las dificultades para aplicar la reforma, por la limitación de los contratos temporales, mientras que el Ministerio de Trabajo asegura que la estacionalidad «no está reñida con la calidad» y que la nueva regulación permitirá a los empresarios agrícolas igualarse a sus homólogos europeos en sus negocios.