Dr. ¿Cómo valora la expansión de estas nuevas herramientas en la medicina?
Siendo medianamente joven, creo que hay una diferencia increíble entre el momento en el que yo me licencié en el año 2002 y la actualidad. En aquel entonces, justo se descubría el proyecto genoma y el acceso a todo eso era para investigadores y un nivel experimental y no asistencial como sucede actualmente, donde cualquiera de nuestros pacientes puede tener acceso a todos esos exámenes y a un profesional con formación que sabe interpretarlos en un contexto clínico adecuado. Esto aporta un diagnóstico y un tratamiento, pero también una guía preventiva personalizada basándose en su genética, por ejemplo.
¿Cómo considera que mejora la calidad de vida de los pacientes el uso de estas herramientas de vanguardia como la que usted utiliza en su Centro Médico UMEBIR?
Básicamente, creo que la mejora en la posibilidad de personalizar tanto los diagnósticos como las estrategias terapéuticas, pudiendo obtener un tratamiento personalizado y de precisión para su trastorno y patología, a la vez que se acortan los tiempos para poder llegar al origen real de los problemas. Eso nos permite tener un mejor resultado, aprovechar lo que llamamos el gold time o tiempo de oro, un espacio de tiempo donde muchos de los trastornos son corregibles o curables, e incluso podemos, en algunos casos, ver remisiones de enfermedades. En resumen, podemos decir que llegamos antes y mejor, aparte tenemos una perspectiva predictiva gracias a la genética menor.
¿Todos los exámenes de microbiota que se ven en internet sirven?
No, no es lo mismo meter una muestra en una máquina y preguntarle si allí se encuentra tal o cual bicho, a meter la muestra en una máquina y decirle que nos diga todos los bichos que hay en ella. Ahora bien, esto es muy fácil de hacer, lo difícil es aplicarle inteligencia artificial y pasar ese informe crudo que nos da el equipo a un informe con sentido clínico, que nos hable de la interrelación de cada bicho, su función metabólica, etc. Aquí no por darnos más es mejor, ya que si no se sabe qué hacer con ese material para pasarlo a la práctica, de nada sirve. Lamentablemente, aquí en España no hay un examen que cumpla con todas esas características y que su interpretación por inteligencia artificial sea real y con aval de estudios científicos. Nosotros, en UMEBIR, tuvimos que firmar acuerdos con un centro europeo para poder obtener un buen estándar diagnóstico. Aquí o se quedan cortos o se exceden por una cuestión de marketing con información que, a día de hoy, no sabemos a nivel científico de investigación, imaginar que menos aún a nivel clínico asistencial. Entonces por más dibujos y colores que pongan y muchos nombre difíciles, no son resolutivos para el paciente ni para el profesional, y los que se quedan cortos que se compran en internet y también se informan con muchos dibujos es lo más parecido a una nota informativa de una columna de las revistas semanales del corazón. Pero, muchas veces, el conocimiento de quien lo indica o el propio paciente se limita a ese conocimiento para poder interpretarlo siendo, en muchos casos, el valor clínico, recordemos que los únicos habilitados para prescribir exámenes somos los médicos colegiados.
¿Cómo ve el futuro próximo para los médicos que desean formarse en esta área médica?
Hasta hace poco, lo veía mal. De hecho, debíamos buscar formación fuera de España, y también necesitábamos invertir horas de lectura de estudios científicos y tener contacto fluido con países donde la investigación tiene un gran presupuesto. En nuestro país, se »puso de moda» la microbiota y surgieron expertos de debajo de las piedras, nutricionistas, coach PNI, terapeutas y un largo etcétera. Los centros de formación dan cursos y formaciones que hacen creer a quien los hace que ya sabe nutrigenética y microbiota. Y esto es un largo camino para poder contar con herramientas reales que ayuden al paciente, porque después, por ejemplo, en nuestra consulta terminamos viendo pacientes que han perdido ya ese gold time terapéutico por estar años dando vueltas donde uno le daba los probióticos que puede encontrar en cualquier marketplace con base a estudios o pseudoestudios de microbiota que se ven por internet con muchos colores y gráficos que cuentan la historia de la microbiota como un cuento, y es algo más complejo.
Por suerte, desde SEMEFNUP (Sociedad Española de Medicina Funcional y Nutrición de Precisión), estamos realizando acuerdos con universidades y profesionales para poder ofrecer un máster a los médicos y otro a los nutricionistas que realmente estén interesados en formarse en esta área. Cada uno en su campo de acción, que es evidentemente distinto, y si todo va bien, en el próximo año habrá una formación accesible de calidad en el país.
¿En todos los países hay acceso a las pruebas diagnósticas y la formación médica?
No, lamentablemente en muchos no. Incluso de algunas pruebas también necesitamos, desde España, contar con otros países europeos como colaboradores para tenerlas. Por suerte, en UMEBIR, hemos podido acordar con una gestora de muestras biológicas que nos permite ofrecer a todos nuestros pacientes de América, resto de Europa e incluso de Asia, accesibilidad a casi la totalidad de las pruebas de vanguardia actuales.
¿Y la suplementación que siempre nos habla que se prescribe a los pacientes, es fácil de conseguir y accesible en España y otros países?
Esto es un punto que antes de la salida de Reino Unido de la Unión Europea no planteaba demasiados inconvenientes. A día de hoy, a veces, los pacientes se ven con ciertas dificultades en España, y aún más, fuera de España, para poder hacerse con la totalidad de suplementos necesarios. Para los ciclos de tratamientos estamos intentando hacer alianzas desde UMEBIR con SEMEFNUP y una empresa de suplementación médica para poder facilitar el acceso, tanto a nivel logístico como económico, para que los pacientes no tengan la sensación que están comprando en 5 páginas distintas pagando portes, aduanas y gastando tanto tiempo y dinero en portes. Pero la bucrocracia es complicada, aunque sé que lo conseguiremos. Sobre todo, para la suplementación de soporte general, que necesitamos que cumpla estándares de calidad europea. Aunque siempre la formulación magistral es una aliada, a veces se escapa de precio e incluso hay quiebres de stock y tiempos de demora que a los pacientes les termina afectando en los tratamientos, pero es algo que estamos intentando resolver en conjunto con SEMEFNUP y diferentes empresas del sector.