La industria manufacturera de China registró en marzo su mayor tasa de contracción en 25 meses ante las restricciones impuestas para tratar de contener la propagación de los rebrotes de la covid-19, según el índice gerente de compras (PMI) publicado hoy por el diario privado Caixin.
Este indicador, que mide la evolución del sector, se situó en el tercer mes de 2021 en los 48,1 puntos, su peor marca desde febrero de 2020 y una caída de 2,3 unidades desde los 50,4 de febrero.
En este índice, que elabora la compañía de información económica británica IHS Markit y que muchos inversores internacionales toman como referencia, un registro por encima del umbral de los 50 puntos supone un crecimiento de la actividad con respecto al mes anterior y por debajo, contracción.
El dato es inferior a lo esperado por los analistas, que pronosticaban una marca de en torno a 50 puntos.
También se trata de un deterioro más rápido que el experimentado por el PMI oficial que publicó ayer la Oficina Nacional de Estadística (ONE), que cayó a los 49,5 puntos desde los 50,2 de febrero.
Wang Zhe, economista de Caixin, explicó que los rebrotes de la covid provocaron «disrupciones en las cadenas de suministro de la manufactura y tuvieron un impacto en la producción», al tiempo que la demanda de mercado se debilitaba, «especialmente la de los bienes de consumo».
La demanda de bienes manufactureros chinos no solo frenó a nivel interno, sino también en el plano internacional, ya que el indicador que mide los nuevos pedidos para exportación marcó en marzo su punto más bajo de los últimos 22 meses.
El experto también advierte del impacto de la invasión rusa de Ucrania, especialmente en lo que a presiones inflacionistas se refiere: «Las sanciones contra Rusia provocaron disrupciones en las cadenas de suministro y una gran subida de los precios de las materias primas».
Ante los peores rebrotes en dos años y la guerra en Ucrania, Wang ve un «empeoramiento de las presiones bajistas» sobre la economía china, que resaltaría el riesgo de «estanflación», por lo que recomienda a los legisladores del país que, a la hora de mantener el equilibrio entre las medidas de prevención de contagios y el orden normal de la producción, tengan en cuenta a grupos «más vulnerables» como las pymes.