El impacto de la crisis sanitaria del coronavirus está propiciando diferentes secuelas de una considerable magnitud en diversos ámbitos de la sociedad. Como es lógico, el deporte tampoco ha sido capaz de esquivar los efectos de esta pandemia con la que nos está tocando lidiar. Organismos de la talla de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el Consejo Superior de Deportes (CSD) o LaLiga están acusando en demasía dicha situación. «Creo que va a haber un reajuste de la economía real. Ese reajuste lleva a adaptarse a la capacidad de ingresos y, luego, ajustar los gastos a dicha capacidad de ingresos. No hace falta ser un experto financiero para saber que la gestión empresarial de cualquier compañía pequeña consiste en adaptar los gastos a los recursos de los que dispone. No conozco otra forma de hacerlo», apunta Manuel García Quilón, agente de jugadores.
Un termómetro idóneo para medir las consecuencias económicas del COVID-19 en nuestra Liga es la pasada sesión estival del mercado. Los clubes nacionales invirtieron 411,8 millones de euros en materia de fichajes, una cifra que es más de tres veces inferior a la que se registró en la ventana de transferencias de verano en 2019. En aquella ocasión, el gasto se elevó hasta los 1.330 M€. La clasificación particular de 2020 aparece encabezada por la Premier League (1.370 millones de euros), seguida por la Serie A (746,84 M€). Por su parte, la Ligue 1 desembolsó 433,53 M€, mientras que la Bundesliga (321,40 M€) se quedaría un peldaño por debajo de España.
«Lógicamente, al haber menos transferencias de jugadores, se reduce la capacidad de trabajo importante, económicamente hablando, para los profesionales que intervienen en el negocio deportivo. Si hay menos traspasos, el intermediario también se resiente porque no hace la facturación que venía haciendo en años en los que se producía una gran cantidad de transacciones deportivas», apostilla García Quilón. Por tanto, el siguiente paso será comprobar cuál será la hoja de ruta establecida por los diferentes equipos con vistas al periodo invernal de traspasos.
«No va a haber prácticamente movimientos. Habrá alguna cesión, alguna ligera inversión de los equipos más pequeños. No va a haber apenas transacciones por la crisis económica. Si en el mercado de invierno en Europa se producían, por ejemplo, 100 movimientos, creo que no va a haber ni 20-25. Es decir, el 20-25 % de la tendencia habitual en esta ventana de transferencias. El descenso es de un 75-80 % en lo que alude al número de transacciones económicas, aunque pueda haber cesiones o permutas. Por tanto, habrá más operaciones que no impliquen una inversión económica (gastos e ingresos de los clubes). Yo creo que no va a haber una gran recuperación. Puede haber una recuperación leve, pero, en ningún caso, va a volver a los parámetros de hace dos temporadas, ni mucho menos», agrega.
En cuanto a la posible vuelta del público a los estadios, el representante José Sánchez Parra se muestra bastante cauto. «Existe una impresión general de todos que es bueno que haya gente en los campos. Sin público, el tema económico, que es muy importante, no va a tirar hacia delante, o lo hará gracias a las televisiones. ¿Cómo va a tener socios un equipo de Segunda División B o Tercera División si los encuentros son a puerta cerrada? Ellos no tienen grandes ingresos publicitarios, sino que dependen de los ingresos de los partidos. Es la misma situación para todas aquellas familias que subsisten gracias al fútbol. Estaban acostumbrados a una facturación, la cual se ha visto reducida por completo. El problema es serio, lo que supone que tengan que estar más atinados los encargados de tomar decisiones», manifiesta.
También precisa que «lo que no podemos considerar es que el fútbol sea algo que no se vea afectado por el coronavirus. Hay que reducir costes, ya que los ingresos y los patrocinadores son menores, por lo que puede afectar a la retransmisión de los partidos. Una cosa influye en la otra. Toda la industria del fútbol está resentida. Muchos millones de personas han educado su cabeza y su corazón para apreciar el arte que hay en un partido de fútbol. En líneas generales, sin poder hablar de porcentajes, el sector del fútbol a nivel mundial ha sufrido una contracción. Tienes que adaptar y ajustar tu presupuesto a los ingresos que percibes para poder gastar en proporción a dicho montante. Todos tratan de ajustarse a esta época de vacas flacas. Creo que volverán las vacas gordas en cuanto se recupere la situación de bonanza económica».
Sin duda, el coronavirus ha modificado, al menos por ahora, la forma de concebir el deporte rey. «Creo que está afectando mucho a los clubes a todos los niveles. Según la categoría, variará el porcentaje. Además, habrá equipos que no tenían deuda y podrán sobrellevar algo mejor esta tesitura. Los clubes de LaLiga van a tener que soportar esta situación sí o sí. Hay unos desafíos y los gestores tendrán que ir solventando estos retos. Es un mercado un poco peculiar el del fútbol, donde la clave está en el producto que tengas. Si tu producto es muy bueno, casi se vende solo. En el mundo del fútbol, afortunadamente, el dominio total no lo puede tener nadie», declara Sánchez Parra.
Por último, sostiene que la Premier League está mejor trabajada en el aspecto monetario que nuestra Liga. «La explicación es la fortaleza económica. Si tienes más, puedes gastar más. Será porque los clubes ingleses tienen más dinero: mejor reparto de los derechos de retransmisión de televisión. Con más dinero, puedes sobrellevar mejor la crisis. El reparto de los derechos televisivos es distinto, en comparación con el de España: no hay tanta diferencia entre unos equipos y otros. El mercado inglés es así. El martillo de FC Barcelona y Real Madrid acapara la mayor parte de la audiencia en LaLiga. En la Premier, tienes a Liverpool, Manchester City, Arsenal, Manchester United, Tottenham Hotspur o Chelsea, por ejemplo. Inglaterra tiene más población y el reparto se encuentra más dividido. Al ser diferente, se puede distribuir de forma distinta. Las circunstancias son diferentes, no son las mismas que en España, especialmente por razones de población y de desarrollo de la economía», justifica.