Tal y como era previsible, la música también se ha quedado en absoluto mutismo en Rusia. Las sanciones impuestas y sus repercusiones para artistas, agencias, interpretes, y compositores, hacen difícil el poder continuar con el normal desarrollo de la actividad a todos sus niveles.
Universal Music Group (UMC), ya ha confirmado que suspende sus operaciones en Rusia cerrando sus oficinas. Los trabajadores seguirán cobrando su sueldo de manera indefinida, aunque los artistas verán detenida toda su actividad de grabación.
En lo que concierne estrictamente a las industrias de la música y el entretenimiento, la gran gestora de espectáculos en directo, Live Nation anunció que no hará negocios con Rusia, mientras que la plataforma Netflix ha suspendido sus transmisiones.
TikTok, también ha decidido reducir los servicios en su plataforma en el país.
Además, la sociedad de recaudación de derechos del Reino Unido, PRS for Music, que representa los derechos de más de 160.000 compositores y editores de música de todo el mundo, ha revelado que ha suspendido formalmente y con efecto inmediato, su acuerdo de representación de derechos con su contraparte, la Sociedad de Autores Rusos RAO.
Por su parte, BMI en Estados Unidos, ha suspendido sus pagos de representación de derechos de autor a la sociedad rusa de recaudación de obras musicales.
Además, se está trabajando con la CISAC, órgano rector de todas las sociedades de gestión del patrimonio mundial, en un esfuerzo más amplio que ayudará a beneficiar a los creadores de Ucrania y sus alrededores, al mismo tiempo que proporciona ayuda humanitaria a quienes lo necesitan desesperadamente.
La SIAE, la organización italiana de derechos de ejecución, también se ha sumado a la suspensión de pagos a la RAO. Las fuentes dicen que varios editores en los Estados Unidos han dejado de emitir licencias de sincronización que incluyen a Rusia.
La gran plataforma de streaming, Spotify, anunció la semana pasada que cerraría sus oficinas en Rusia indefinidamente, pero planteaba mantener su servicio operativo en el país para permitir así el flujo global de información.
UMC en un comunicado expresa claramente: “Nos adherimos a las sanciones internacionales y, junto con nuestros empleados y artistas, hemos estado trabajando con grupos de una variedad de países (incluidos EE. UU., Reino Unido, Polonia, Eslovaquia, Alemania, República Checa y Hungría), para apoyar los esfuerzos de ayuda humanitaria tan necesarios a los refugiados de la región”.
Las tres principales compañías discográficas en el mundo, Universal, Sony y Warner, tienen también sellos locales y operaciones en Rusia. Si bien los representantes de Sony y Warner no hicieron comentarios de inmediato, las fuentes dicen que es probable que ambas compañías anuncien decisiones sobre su estado en el país a la mayor brevedad.
Estas tres firmas de la industria musical han hecho donaciones con el fin de dar apoyo a Ucrania.
Parece como si el mundo entero intentará demostrar que puede ser una sola entidad. Países, industrias y organizaciones de toda clase se unen desde diferentes frentes para manifestarle a Rusia una condena unánime por su intervención militar en Ucrania.
Las artes, la cultura y el entretenimiento son ya una cortina con un tupido velo que deja a Rusia en total mutismo. La Metropolitan Opera House de Nueva York, así como la Ópera de París y otras salas europeas, también tomaron la decisión de no contratar a artistas pro-Putin.
El Teatro Real de Madrid informó el viernes de la suspensión de las actuaciones del Bolshói en la capital española.
En definitiva, un nuevo telón cultural se levanta ahora contra la tierra de un Dostoievski que decía: «El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive».