3) Led Zeppelin
Posiblemente el caso de mayor rentabilidad de una andadura musical, en este caso finalizada en 1980 con la repentina muerte del batería John Bonham, es sin duda la de este mastodóntico nombre. La creación de Jimmy Page, su más grande obra y la que encuadra toda su vida artística, sigue siendo el lactante que no deja de tomar su biberón aún alcanzada la mayoría de edad hace tiempo. En noviembre de 1982 se editaba CODA, álbum de grabaciones archivadas que por temas legales eran obligadas a ver la luz. Después de esto, Jimmy a parte de algunos intentos por volver con buen pie al trabajo (Death Wish II Soundtrack, el proyecto The Honeydrippers en 1984, como integrante en The Firm en 1985, disco en solitario Outrider en 1988, Coverdale-Page en 1993, No Quarter con Robert Plant en 1994, Live At The Greek con The Black Crowes en 2000, etc), no ha hecho otra cosa que cuidar con mimo a su criatura con Remasters (1990) y otras tantas recopilaciones.
El momento cumbre llegaría en diciembre de 2007 con el concierto en el O2 de Londres donde se borraría para siempre de la memoria colectiva su penosa actuación en el Live Aid de 1985, y que volvería a desempolvar la ilusión de la posible reunión y salida de gira del grupo con Jason Bonham (hijo de John) a la batería. En 2014 se anunciaba la reedición con material inédito de todo el catálogo de la banda que ha ayudado a seguir haciendo caja. Todo eso sin contar las visitas a YouTube que reportan un promedio anual de cien mil dólares. Y si de streaming se habla, en su particular TOP 5 de canciones, la recaudación (en millones de $) se encuentra de esta manera: Stairway To Heaven con 2,9; Kashmir con 1,4; Immigrant Song con 1,3; Black Dog con 1,6; y Whole Lotta Love con 1,03.
Con la aparición de las nuevas tecnologías las grandes bandas no han necesitado mucho empeño para ganar más dinero del que jamás se habría pensado. Robert Plant, su carismático cantante que ha desarrollado una más que decente carrera en solitario desde 1982, gana cada segundo $0.88; cada minuto $52.83; cada hora $3,169; así hasta llegar al año a la nada desdeñable cifra de $27,77 millones. Nada mal para un chaval de pueblo metido a mozo de la construcción para mantener a su prole, que cantaba por las noches en bares de todo pelaje y decía a su entonces mujer Maureen, dependiente en unos grandes almacenes en 1967: “si en un año no logro nada con la música, te prometo que lo dejaré para siempre” …
