Hablar de las bandas más rentables en la historia de la música es siempre un ejercicio que produce cierto cansancio hasta para los oídos. Entre esos bandos de seguidores y detractores de muchos grupos, los datos se entrelazan entre miles de opiniones y sentimientos que nunca parecen encontrar un sitio en común. En esta ocasión vamos literalmente a desglosar ese verbo para así admirar o denostar a unas agrupaciones musicales convertidas en marcas comerciales pioneras en el mercado global.
Hoy es muy fácil “ser” de un grupo. Está todo en un dispositivo. En el pasado para ser de una banda, había que sudar y mucho. Hacía falta tener una cadena de música, ir a la tienda de discos, pasar por el quiosco para poder leer las revistas especializadas, hablar con los amigos para no repetir la compra y luego poder hacer intercambio, y por supuesto, escuchar la radio.
Si la rentabilidad es la relación existente entre los beneficios y la inversión económica para la “apertura” de una actividad, veamos cómo estos cinco grandes nombres siguen haciendo música en las cajas registradoras sin apenas nuevas producciones, y con unos consumidores a medio gas del esfuerzo necesario para conseguir satisfacer sus sentidos.
