El expresidente de Ucrania, Petro Poroshenko, investigado por la Fiscalía ucraniana por cargos de traición y financiación de terrorismo, ha rechazado la propuesta de asilo político por parte del presidente ruso, Vladimir Putin.
El exmandatario ucraniano ha señalado en una publicación de Facebook que «hace tiempo se puso fin a la práctica rusa de preocuparse por la política y los políticos ucranianos» y le ha dicho a Putin que «lo resolverán ellos mismos».
Asimismo, Poroshenko ha atribuido el proceso penal en su contra al deseo de su sucesor, Volodomir Zelenski, de «hacerle un regalo a Putin», y ha instado al actual presidente ucraniano a «centrar sus esfuerzos y los de las fuerzas de seguridad en la amenaza rusa» antes que en su caso judicial.
El presidente ruso ha ofrecido asilo político al expresidente ucraniano tras la reunión que ha mantenido en Moscú con el presidente francés, Emmanuel Macron, para abordar las cuestiones de seguridad, así como las tensiones en la frontera con Ucrania.
«En un momento, cuando Poroshenko todavía era presidente de Ucrania, le dije que si tenía alguna dificultad en el futuro, Rusia estaba dispuesto a proporcionarle asilo político (…) Hoy quiero confirmar mis propuestas, a pesar de nuestras serias diferencias», ha asegurado el mandatario ruso.
Asimismo, ha agregado que cometió muchos «errores» y ha señalado que «su persecución como criminal de Estado» es «una apuesta excesiva por el éxito del liderazgo actual».
La Fiscalía considera a Poroshenko sospechoso de ayudar a los separatistas a vender carbón valorado en 54 millones de dólares (unos 47,7 millones de euros) a Kiev en 2014 y 2015.
El que fuera el quinto presidente de la Ucrania postsoviética ha insistido, durante todo el proceso, en que el caso en su contra ha sido «inventado» y ha pedido en reiteradas ocasiones al actual presidente que «haga más por la defensa y la unidad del país ahora que Rusia amenaza con invadirlo».