Vicky Foods cerró el pasado ejercicio con una facturación global de 352 millones de euros lo que representa un aumento del 5,5% respecto al año anterior. Espera seguir “con la misma estela de crecimiento”. Esta empresa familiar valenciana, fabricante de la marca Dulcesol, se ha mantenido fiel a sus principios fundacionales pese a haber tenido ‘novios’. En 2019 anunció el nacimiento del holding Vicky Foods para asaltar el mercado internacional. Hoy cuenta con 22 delegaciones y filiales comerciales repartidas entre España, Argelia, Reino Unido y Francia.
¿Cómo están capeando la pandemia y cómo os ha afectado a las ventas?
La industria alimentaria ha sido uno de los sectores privilegiados durante esta crisis. Desde el principio, fuimos catalogados por el Gobierno como un servicio esencial por lo que nuestra actividad y demanda de productos no solo se mantuvo, sino que, en las primeras semanas, llegó a duplicarse para luego volver a la normalidad poco a poco.
Por eso, debimos de llevar a cabo un gran esfuerzo para garantizar el pleno rendimiento de nuestras instalaciones y asegurar el abastecimiento de alimentos básicos a la población. Para lograrlo, tuvimos que adaptarnos muy rápido a la nueva situación y modificar tanto estructuras como procesos de trabajo. Esto ha acelerado el proceso de digitalización en el que la compañía ya lleva inmerso desde hace décadas, porque esta crisis ha demostrado que debemos seguir mejorando en este aspecto sí o sí.
¿Cómo cerraron 2019 en cuanto a facturación y resultados y qué previsiones tienen para 2020?
Vicky Foods cerró el pasado ejercicio con una facturación global de 352 millones de euros lo que representa un aumento cercano al 5,5% respecto al año anterior. De cara a este año nuestras previsiones son seguir con la misma estela de crecimiento marcado en los años anteriores, tanto en España, que seguirá siendo un mercado prioritario para la empresa y uno de los ejes sobre los que se asienta nuestra estrategia, como en el mercado exterior, que es nuestra área de negocio más importante y que este 2020 podría verse todavía más reforzado. De hecho, la exportación ha tenido un incremento significativo durante los meses pasados, sobre todo en países europeos, que siguen valorando la imagen que tienen nuestros alimentos.
¿Cómo han sobrevivido como empresa familiar con las dificultades que existen en los traspasos de una generación a otra?
Efectivamente mi idea es no estar al frente de la compañía muchos más años así que el reto que tenemos por delante es lograr que el relevo generacional sea tan tranquilo como lo fue el anterior. En nuestra empresa llevamos años trabajando para profesionalizar la gestión al máximo, creando los órganos de decisión adecuados: contamos con el Consejo de Administración y el Consejo de Familia, que garantizan que haya un buen gobierno corporativo. Con estos órganos de gobierno tratamos de garantizar que los mejores profesionales sean quienes dirijan las áreas funcionales de la empresa y que el mejor preparado sea finalmente el CEO. La clave estará en lograr el consenso de la familia a la hora de encontrar a la persona más adecuada, que puede ser o no de la familia.
De todas formas, aunque muchas empresas familiares han fracasado en ese intento, nosotros tenemos un equipo extraordinario, una proyección tanto nacional como internacional muy buena y, por tanto, debemos ser capaces de hacer ese salto con éxito.
¿Qué inversión realizan en I+D y cuáles son vuestros productos-estrella?
En Vicky Foods la innovación forma parte de nuestro ADN, tanto en el ámbito de la salud como en el tecnológico. Sin embargo, no medimos la innovación por el dinero que destinamos sino por el resultado. Nuestro objetivo es que un 10% de las ventas sean de productos con menos de dos años en el mercado y lo que hacemos es invertir el máximo de recursos en ello. Por ello, a finales de 2019 inauguramos nuestro Centro de Innovación de Vicky Foods en Villalonga (Valencia), un espacio diseñado para el trabajo en equipo, colaborativo, creativo e innovador que nos ayuda a cumplir con los compromisos en materia de salud y nutrición que tenemos con la sociedad, los consumidores y nuestros trabajadores. Este proyecto tuvo una inversión de 6,5 millones de euros, cuenta con un equipo de profesionales interno y externo de 150 personas y sus áreas de actuación se centran en la mejora de aspectos nutricionales de nuestros productos, el desarrollo de actividad en el ámbito de I+D+i y la innovación tecnológica.
¿Cómo han afrontado la batalla que se hace desde OMS y Sanidad respecto al consumo de azúcar y a la bollería enfocada al público infantil?
La alimentación es un sector que se encuentra en constante cambio, donde continuamente surgen nuevas tendencias. Por tanto, somos conscientes de que debemos estar preparados para asumir dichos cambios e, incluso, anticiparnos. Llevamos más de 10 años comprometidos con el desarrollo de productos innovadores y con mayor valor nutricional para tratar de ofrecer una gran variedad de opciones saludables a nuestros consumidores.
El surgimiento de Vicky Foods está asociado a nuestra apuesta por la diversificación de productos como los de nuestra marca Be Plus de la que hablaba anteriormente. No obstante, mantenemos el resto de las líneas de productos de alimentación tratando de que cada vez sean más saludables. En este sentido, empezamos hace cuatro años a reducir sustancialmente los niveles de azúcar y grasas saturadas de nuestros productos por debajo incluso de lo marcado en el Plan de Colaboración para la mejora de la composición de los alimentos 2017-2020 AECOSAN que suscribimos.
¿Se han planteado alguna vez la venta de la compañía a una multinacional? ¿Han recibido ofertas?
En los años 50 comenzamos nuestra andadura en el sector de la alimentación con un pequeño negocio familiar que sentó las bases de la actual compañía en Villalonga (Valencia). Hoy casi 70 años después somos una gran empresa, formada por casi 2.600 personas, que sigue manteniéndose firme en sus raíces, su esencia de siempre y con capital 100% propio.
A lo largo de nuestra historia hemos recibido interés por la compañía, aunque no ofertas concretas ya que se han desestimado desde el principio. Nuestro propósito es que Vicky Foods siga siendo familiar. Por este motivo, tanto las generaciones actuales como las futuras, seguiremos contribuyendo para mantener el legado de mi madre: sus valores, energía, coraje y perseverancia que integró en el ADN de la compañía, para seguir siendo una familia alimentando a nuevas familias.
Tienen una fábrica en Argelia, ¿se han planteado crecer más en el exterior? ¿Qué tal van las exportaciones? ¿Cuáles son los principales mercados fuera de España?
En el 2019 el mercado internacional logró una facturación superior a los 65,8 millones de euros, un 14,5% de cifra de negocio más con respecto al año anterior, siendo nuestra gran palanca de crecimiento.
Vicky Foods tiene una vocación de desarrollo internacional porque creemos que el crecimiento de la marca tiene que venir por esta vía en un mundo que cada vez está más globalizado. Pero este desarrollo no debe limitarse solo a exportar, sino que requiere de estructuras productivas y estructuras de distribución en otros países. Por ello, en 2014 pusimos en marcha una planta de producción en Argelia que nos ha aupado al primer puesto en el sector de la pastelería del país. Pero también disponemos de estructuras comerciales en Marruecos, Francia, Portugal y Reino Unido.
De cara a los próximos años nuestra estrategia pasa por continuar con nuestro plan de expansión, que actualmente nos permite estar presentes en más de 50 países destacando por volumen de ventas Portugal, Francia y Argelia; seguir abriendo mercados, sobre todo los que están ligados a las nuevas tendencias de consumo, y potenciar aquellos donde ya estamos presentes con el objetivo de que en un futuro cercano el 80% de nuestras ventas provengan de fuera de España.
La producción de Vicky Foods superó en el año 2019 las 155.000 toneladas. ¿Qué previsiones tienen para 2020?
Esperamos cerrar el curso con un incremento en ventas y volumen, sobre todo en las categorías dentro del pan, una división estratégica para la compañía. Para ello, a principios de 2020 anunciamos que durante este año invertiremos cerca de 40 millones de euros en la adquisición y puesta en marcha de tres nuevas líneas destinadas a su producción.
En los últimos cinco años, hemos crecido un 75% en esta categoría y actualmente sigue creciendo a un ritmo de doble dígito. De esta manera, la compañía cerró el 2019 con unas ventas de 62,6 millones de euros, y se espera que crezca más de un 77% hasta el año 2021, con un objetivo superior a las 85.000 toneladas.
¿En qué consiste vuestra política e integración en los procesos, creciendo como auto-proveedores?
Nuestra misión siempre ha sido fabricar productos de gran calidad a precios competitivos atendiendo a la eficiencia y a la productividad. Y para poder ser competitivos pensamos que tenemos que controlar todo el proceso, por lo que disponemos de diversas instalaciones que nos permiten dar respuesta a nuestros objetivos estratégicos. Así en el año 2000 nos dimos cuenta de que utilizábamos, cada vez más, los envases de plástico y que los proveedores, muchas veces, no daban la agilidad o calidad que necesitábamos. íbamos desarrollando más productos y más marcas, y decidimos integrar la producción de envases. Como resultado, en el 2002 compramos Ducplast, nuestra fábrica de impresión de plástico y bolsas para envasados en La Pobla del Duc (Valencia), que cuenta con tecnología eficiente para minimizar pérdidas y optimizar la cantidad de envases puestos en el mercado, y cubre la práctica totalidad de las necesidades de packaging del holding.
Poco después, observamos con nuestra variedad de rellenos, de chocolates y de coberturas que, para poder obtener productos con rellenos de calidad a precios competitivos, era también necesario conocer la interacción de estos productos con los de bollería lo que nos llevó a crear nuestra propia planta de rellenos y de coberturas de chocolate.
¿Cómo tienen organizada la red de distribución?
La distribución ha sido siempre un pilar fundamental en nuestro crecimiento y, actualmente, contamos con una estructura propia para llegar a los 80.000 puntos de venta en la Península Ibérica y territorios insulares. Hoy en día, contamos con un total de 22 delegaciones y filiales comerciales repartidas entre España, Argelia, Reino Unido y Francia.