A José Manuel Entrecanales no le gusta mucho aparecer en los medios de comunicación, pero las cifras de su gestión no pasan desapercibidas. Desde que fue nombrado primer ejecutivo en el año 2004, los ingresos de Acciona han subido de 4.045 millones de euros a 7.190; el beneficio operativo, de 333 millones a 698; los fondos propios, de 2.639 millones a 3.646; y los empleados, de 21.846 a 39.699; una carrera meteórica que ha ido acompañada por el desembarco masivo de la compañía en el prometedor negocio de las energías renovables.
El analista de Renta 4 Ángel Pérez Fernández no sabe hasta qué punto Entrecanales es un genio tomando decisiones, pero está claro que el ejecutivo es quien tiene la última palabra. Acciona ha apostado fuertemente por las energías renovables y esa es una decisión tomada desde arriba. El 60-65% de su ebitda (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) proviene de este negocio, y este dato le convierte en una empresa muy atractiva. Es la única compañía generadora de electricidad que produce energía 100% libre de emisiones, un hito que le sitúa como referente en el mercado.
Acciona arrancó en España, y desde aquí ganó experiencia para construir un negocio internacional potente. En los últimos años ha rotado mucho sus activos, y ha cambiado su modelo de “construyo y vendo” por el de gestionar parques. Acciona es especialmente fuerte en energía eólica, algo en fotovoltaica y en hidráulica.
El éxito en las compras no es siempre un camino de rosas. “Con Nordex están sufriendo un poco”, señala Pérez. Acciona tiene el 30% de esta empresa alemana productora de molinos. Se encuentra entre los principales accionistas de una compañía cuyo negocio principal, el de los aerogeneradores, es onshore, y se encuentra presionado por las tendencias del mercado y la fotovoltaica.
El negocio de la construcción pesa en Acciona un 25%, y se halla en un buen momento. Tiene proyectos atractivos. Sus perspectivas con las renovables y la construcción produjeron un ascenso del 250% en el precio de la acción entre 2004 y 2007. En el terreno inmobiliario han estado comprando terrenos y construyendo promociones, pero ahora todo eso está parado.
Acciona está también en un negocio tan interesante como el del agua. En Oriente Medio luce proyectos importantes que pueden traerle grandes beneficios en el futuro, aunque ahora no lo hacen. “Esperamos que sea un motor de crecimiento a largo plazo”, afirma Pérez. La compañía tiene un problema en este segmento con Aigües Ter Llobregat. Tenían la concesión, la Generalitat la echó para atrás y Acciona les ha denunciado. “Mientras llega la resolución, la han vendido a un fondo. Ha sido un movimiento acertado. Han evitado el riesgo. El fondo les ha pagado un dinero y le abonarán más según la cuantía de la indemnización”, señala Pérez.
Este inconveniente de carácter político se resolverá con una entrada de caja para Acciona en algún momento. Pese a este traspiés, no cabe duda de que el agua es un gran negocio. “Acciona tiene una gran ventaja competitiva a nivel tecnológico en este terreno. Ha demostrado su capacidad a través de muchos proyectos muy buenos en el campo de las renovables, con la hidrólisis del agua, la desalación, los vientos… El agua tiene un gran futuro teniendo en cuenta que no va a abundar, como se ve con el cambio climático. Los Estados tendrán que invertir seguramente en desaladoras en el futuro”, afirma Ángel Pérez.
La gestora de fondos Bestinver es otra de las líneas de negocio de Acciona. Sus fondos bajo gestión han caído como ha ocurrido en todo el mercado, pero no ha salido capital. También hubo salida de fondos cuando el conocido inversor Francisco García Paramés abandonó Bestinver para crear su propia gestora.
Los servicios no pesan demasiado en el negocio de Acciona. Algunos se han parado o han desaparecido, como los relacionados con la limpieza en los colegios. La evolución de la pandemia pone en riesgo este tipo de actividad.
Por lo que se refiere a la actividad industrial, se especuló con que Acciona podría comprar Duró Felguera. “No lo hicieron y acertaron. Poco después de los rumores se desplomó el valor. Luego llegaron los problemas con las Administraciones. Fueron hábiles”, sostiene Pérez Fernández.
“Nos gusta mucho su modelo de negocio”, afirma el analista de Renta 4. “Tiene mucho potencial”, añade. Acciona está muy bien posicionada para la transición energética. Fue pionera en renovables, gestiona los mayores flotas de parques y cuenta con muchos proyectos de nivel internacional.
Al ser una empresa familiar, la mayoría de los negocios y proyectos son a largo plazo. “No buscan el pelotazo. Piensan muy bien en inversiones viables y sostenibles a largo plazo porque las próximas generaciones tienen que seguir disfrutando del negocio”, explica Pérez.
Un problema para la compañía es que no se puede comparar con otras de su sector. A diferencia de Iberdrola o Endesa, Acciona sólo genera electricidad: no distribuye ni comercializa. Y en cuanto a la construcción, no tiene tanto peso como Ferrovial o ACS: son totalmente distintas. “No es fácil encajarla, y esa circunstancia le resta de cara al mercado. Está muy diversificada, y el mercado busca especialización. Le penaliza en la cotización”, estima Pérez Fernández.
Acciona es un valor muy atractivo a largo plazo. En los mercados exteriores tiene una diversificación tremenda. El 60% de su negocio está en España; el 40%, fundamentalmente en México, Estados Unidos y Australia, países en donde tiene planes muy importantes. La compañía ha ido adquiriendo megavatios por todo el mundo: tiene 180 en Canadá, 150 en Italia, 160 en la India, 138 en Sudáfrica… El 50% de sus ingresos en España proviene de parques regulados; el otro 50%, de ventas que hace en el mercado. Desembarca en todos aquellos lugares en los que la regulación sea favorable: Estados Unidos, Australia, México, Chile… Están, lógicamente, muy pendientes del posible cambio de Gobierno en Estados Unidos. El candidato demócrata, Joe Biden, es muy favorable a las renovables. El presidente Trump es en principio más proclive al petróleo, pero EEUU es donde más capacidad se va a instalar en los próximos años.
Este tipo de infraestructuras se contrata a precio cerrado cuando la regulación lo permite. Es algo que da estabilidad, visibilidad, recurrencia de negocio y y limita los riesgos en volumen y precio. Con estos contratos desarrolla su trabajo en países como Portugal, Polonia, Costa Rica, Chile, Ucrania, Croacia o Hungría.
La internacionalización a través del agua también les va bien de momento. Oriente Medio ofrece a veces problemas en el cobro de los trabajos, pero hasta ahora no ha habido ningún problema.
En cuanto al área de construcción, desarrollan proyectos muy distintos. Buscan países estables que les ofrezcan seguridad jurídica, como los Emiratos Árabes Unidos o Ecuador, en donde han ejecutado el metro elevado y el de Quito, respectivamente. Exploran oportunidades y aprovechan sus capacidades, sin entrar en los sobredimensionamientos de la época de la burbuja inmobiliaria. En aquella etapa se iba a por todas, pero en el sector la lección ya está bien aprendida, y en Acciona sólo quieren oír hablar de proyectos rentables. Una prueba de lo bien que lo están haciendo es que su margen en construcción fue del 11% el año pasado, frente al 10% de ACS, el 2% de Ferrovial o los negativos de OHL y Sacyr.
En Acciona son muy selectivos a la hora de elegir los proyectos. A esta prudencia hay que unir la estrategia a largo plazo, que evita que los proyectos le coman y hundan la empresa, como le ha ocurrido a OHL. El proyecto de Aigües Ter Llobregat puede salir mal, pero la compañía pone todos los medios para no equivocarse.
Su negocio de renovables impulsará el beneficio de la compañía en los próximos años. Como se puede ver con Nordex, Acciona construye las centrales, las dota de aerogeneradores y distribuye la energía. “Es un negocio bien pensado. Están en toda la cadena de valor”, admite Pérez Fernández. Es una prueba más de que la compañía ha apuntado bien, y que la gestión de José Manuel Entrecanales es exitosa, aunque sea más bien silenciosa.