David Calvo es un ingeniero de Telecomunicaciones de 34 años que lleva nueve trabajando en Amsterdam. Es de Bilbao. En 2018 viajó a California por motivos profesionales y comprobó la fuerza que estaba adquiriendo Zoom. El exitoso sistema de videoconferencia se veía anunciado en el aeropuerto, por las calles… Por todas partes. Le causó tan buena impresión que no le costó nada incorporarse a la compañía hace dos años. Fue uno de los diez primeros empleados de la empresa en la capital holandesa, primera ciudad en la que se implantaban fuera de Estados Unidos. En la actualidad es el responsable para España y Europa del Mediterráneo: Grecia, Turquía, Israel, Italia…
Desde su posición ha visto crecer con fuerza el uso de la plataforma durante el coronavirus. “A finales de diciembre de 2019 había más de 10 millones de participantes diarios; a finales de abril de 2020, más de 300 millones”, explica Calvo. En España, los usuarios básicos gratuitos se han multiplicado por 74 entre enero y abril; los de pago, empleados de empresas de más de diez empleados, se multiplicaron por cuatro.
La pandemia ha acelerado el uso de esta plataforma de vídeo. Los usuarios valoran su simplicidad y su buena experiencia de usuario. Permite que 1.000 participantes puedan interactuar por Internet con una gran calidad de imagen y sonido. Zoom trabaja constantemente en la mejora de su plataforma. Tan sólo el año pasado incorporaron más de 300 funcionalidades que enriquecieron la privacidad, la seguridad del usuario y la sencillez de uso.
Las cualidades han convencido a usuarios de todo tipo: desde pequeños empresarios a grandes compañías como HSBC. En la dirección onzoom.com se pueden ver muchos ejemplos de usuarios que han utilizado la plataforma para mantener o mejorar su negocio,crear nuevas líneas o lanzarlo en el exterior. Calvo recuerda, por ejemplo, el caso de una usuaria de Barcelona que realizó una cata de vinos por Zoom. Primero enviaba por correo electrónico a los posibles asistentes de qué vino se trataba.Así podían comprarlo y probarlo al mismo tiempo. Le siguieron hasta en Nueva York. Le sirvió para ampliar su negocio. Ha habido universidades de Italia y de España que han transformado totalmente su forma de enseñar gracias a esta plataforma.
Zoom nació para empresas, pero su flexibilidad le ha hecho útil para usuarios finales; más aún en estos tiempos en los que se intenta evitar el contacto físico. Sesiones corporativas, reuniones, entrevistas, mesas redondas… La plataforma ha servido para multitud de actividades distintas. Su fácil accesibilidad le ha favorecido. Los usuarios que quieren el producto de pago lo tienen por sólo 14 euros al mes; la misma cantidad que una suscripción a Netflix.
David Calvo ve múltiples ventajas a su producto. Además de las cualidades técnicas, destaca cómo favorece la conciliación, la seguridad (no hay que ir al trabajo conduciendo y exponerse a un accidente), la reducción de emisiones de co2… De todas ellas hablarán ampliamente en el evento de clientes Zoomtopia, que este año se retransmitirá por Zoom el 14 y 15 de octubre. Ahí se podrá comprobar que es una gran solución cuando se viven momentos tan complicados.