Según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, desde el comienzo del año, el precio del gasóleo ha mostrado una tendencia al alza continua, hasta alcanzar en España los 1,36 euros por litro la semana pasada, una cifra que no se veía desde 2013 y que está a un paso de superar su máximo histórico, situado en 1,4 euros. Así, en lo que va de año, el precio del litro de gasóleo acumula ya un encarecimiento del 24%. En concreto, desde mayo de 2020, cuando el precio del gasóleo se encontraba en 0,99 euros por litro, se ha producido un incremento de casi un 37,42%.
A su vez, según el índice TTF, el gas natural, un combustible muy estable en su precio durante los últimos 20 años, que oscilaba entre los 15-20 €/MWh, ha sufrido un incremento desorbitado y sin precedentes desde mediados de 2021 hasta alcanzar, el pasado mes diciembre, los 180 €/MWh, lo que supone una subida de más del 400%.
Al respecto, la Confederación Española de Transporte en Autobús, CONFEBUS, pone de manifiesto que esta escalada de los precios de la energía, segunda componente más importante de la estructura de costes de las empresas de transporte en autobús, pone en riesgo la supervivencia de las empresas y está lastrando la recuperación de las ya deterioradas cuentas de un sector, que se ha visto gravemente afectado por la pandemia, con unos niveles de demanda que aún están lejos de los de 2019.
De este modo, los empresarios de transporte están llevando directamente a su cuenta de resultados, el incremento de costes de la energía, por lo que desde CONFEBUS se está solicitando a las distintas administraciones implicadas una serie de medidas urgentes, como son compensaciones económicas, una revisión extraordinaria de las tarifas, así como el reequilibrio de los contratos de servicio público de transporte.
El autobús es el modo de transporte que menos emisiones GEI genera
Conviene recordar que, en materia medioambiental, el autobús es el modo de transporte que menos gases de efecto invernadero genera y es, únicamente responsable del 0,42% del total de las emisiones de CO2 del transporte por carretera en España. Igualmente, es el segundo modo de transporte motorizado menos contaminante en emisiones de CO2 -68 gramos de dióxido de carbono por pasajero y km-, sólo por detrás del tren.
Además, el sector ha basado su evolución y transformación, en el empleo de la tecnología para mejorar la eficiencia y reducir las emisiones y en el fomento de la transición hacia una flota de combustibles alternativos, como el gas natural, por lo que esta escalada del precio del gas está penalizando gravemente a estas empresas que han invertido y apostado por energías menos contaminantes y que contribuyen desde hace años a la reducción de emisiones de CO2.