Un total de 11 jefes de Estado de América Latina y el Caribe han enviado una carta de apoyo al presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Bob Menéndez, para autorizar un aumento de capital para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La carta ha sido firmada por el presidente de Colombia, Iván Duque; Ecuador, Guillermo Lasso; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Guatemala, Alejandro Giammattei; República Dominicana, Luis Abinader; Costa Rica, Carlos Alvarado Quesada; y Panamá, Laurentino Cortizo.
La misiva también ha sido firmada por los primeros ministros de Barbados, Jamaica y Belice.
Presentada por primera vez como un proyecto de ley individual, la Ley para Aumentar el Capital General del Banco Interamericano de Desarrollo del senador Menéndez ha sido aprobada por el Senado como parte del paquete legislativo para reforzar la competitividad de Estados Unidos con China que se está negociando actualmente con la Cámara de Representantes.
«Les doy mi gran agradecimiento a estos 11 jefes de Estado de América Latina y el Caribe por su firme apoyo a nuestros esfuerzos para avanzar un décimo aumento de capital para el Banco Interamericano de Desarrollo, el principal banco multilateral de desarrollo de nuestro hemisferio», ha destacado Menéndez.
El senador ha expuesto que la pandemia ha devastado a Latinoamérica y el Caribe «más que a ninguna otra región del mundo», con millones de personas en situación de pobreza, una situación inestable y una cada vez mayor migración forzada.
«Mientras continuamos las negociaciones bicamerales para aprobar la Ley de Innovación y Competencia de Estados Unidos (USICA, por sus siglas en inglés) para que podamos contrarrestar mejor a China en la conducción de la diplomacia a nivel mundial, estoy más comprometido que nunca en asegurar que se incluya un aumento de capital para el BID como una propuesta contundente para contrapesar el comportamiento dañino de Beijing en nuestro hemisferio», ha añadido el senador.
Menéndez ha añadido que Estados Unidos tiene la oportunidad de trabajar con sus aliados más cercanos en las Américas para lanzar un plan a largo plazo de crecimiento socioeconómico que permita a todos los ciudadanos compartir «en la prosperidad que puede generarse a través de una recuperación económica en todo el hemisferio».