China y los efectos de la pandemia encadenan precios récord en los cereales

Por Redacción

Tras muchos años con precios planos, los cereales continúan con un comportamiento alcista desde agosto de 2020 y siguen a niveles récord pese a que hay más producción mundial; la gran demanda China, la geopolítica o efectos de la pandemia como el encarecimiento de los fletes marítimos están detrás de esa subida.

«El año pasado China hizo grandes compras de cereal para recuperar su cabaña de porcino, pero los incrementos de los precios se han prolongado esta campaña porque, aunque el mundo produce cada año más cereal y oleaginosas, la demanda aumenta a mayor ritmo, y no se sabe cuándo tocará techo».

Así lo ha apuntado a Efe el secretario general de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe), José Manuel Álvarez, quien sostiene que ahora «la situación es idónea para que los precios sigan subiendo».

Los últimos datos de Accoe de los precios mayoristas en España, relativos al 15 de noviembre, si se comparan con los de julio de 2020, han subido un 107,61 % en el caso del trigo duro (534 euros/tonelada); un 69,33 % para el trigo blando (310 €/t); un 60,79 % para el maíz (285,32 €/t) y un 97,91 % para la cebada (304,36 €/t).

El Consejo Internacional de Cereales (CIC) fijaba su última estimación (18 de noviembre) de la producción mundial de cereales 2021/22 en 2.287 millones de toneladas, por encima de la de la campaña 2020/21 (2.212 millones t); de la de 2019/20 (2.187 millones t) y de la de 2018/19 (2.141 millones t).

La evolución creciente también se constata en el consumo mundial, que ha pasado desde los 2.168 millones de toneladas en la campaña 2018/19 hasta los 2.290 millones en la 2021/22, por encima de lo que se espera cosechar.

«La tarta es la que es y cada vez hay que partirla en mas trozos, lo que también hace que el precio de los cereales suba», ha puesto Álvarez como ejemplo para explicar que el acceso a una dieta más cárnica de grandes poblaciones como las de China, India o Brasil hace que la materia prima de los piensos sea cada vez más solicitada.

«Si a esto se une que ha subido también el resto de las commodities o materias primas, sobre todo los fletes de transporte marítimo, pero también la gasolina y la energía, pues se alcanzan estos niveles de precios que nadie sabe cómo van a terminar», ha señalado.

Álvarez ha puntualizado que, aunque «los cereales siguen alcanzado máximos continuamente», ahora «la situación se ha calmado, con una tendencia a la baja de los fletes porque parece que la industria está ya más abastecida».

Lo que no se sabe es si ese cambio de tendencia es coyuntural o cuánto durará en el tiempo, porque a estos factores ha añadido los del ámbito geopolítico, que también es determinante en la formación del valor del cereal.

«Esta semana, después del informe del USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) sobre la oferta y demanda mundial parecía que el mercado se había calmado un poco y, de repente, surge la noticia de que Rusia estaba acumulando tropas en la frontera con Ucrania» -dos de los principales productores de trigo-, «y vuelve a subir».

En España -un país en el que la demanda es mayor que la oferta- ahora está en plena siembra del cereal de invierno y hasta mayo o junio no se realizarán los primeros cálculos de producción.

El secretario general de Accoe no descarta que puedan reducirse los rendimientos de producción si los agricultores fertilizan menos debido al fuerte repunte, en torno al 70 %, del precio de los abonos.

A su juicio, el horizonte del 2050 ha de pasar por el desarrollo de nuevas técnicas, fertilizaciones y variedades de plantas que aumenten los rendimientos, «porque ya no hay tanta tierra cultivable a no ser que se deforeste como ya han hecho algunos países, y las existencias finales van bajando año tras año».