Según el Dr. Fernando Ruger Viarengo, especialista universitario en nutrigenética y director médico de Clínica UMEBIR, la diabesidad es una real pandemia que afecta a todo el mundo. Cuenta su protocolo de “rehabilitación metabólica” o como él llama al camino de recuperación de estas enfermedades y aclara algunos conceptos.
“Lo primero y fundamental que debo decir es que no busco con estas aclaraciones consensos de ningún tipo, ya que soy consciente que se cosecha probablemente todo lo contrario a nivel de opiniones, perfectamente válidas como tal. Pero realmente la medicina basada en la evidencia es quien tiene la razón y da respuesta a estas opiniones en contra, y esa respuesta no es ni más ni menos que los malos resultados y el fracaso terapéutico de la medicina y la nutrición como ciencia desde la década del 80 en estos temas, con lo cual continuamos adelante”, adelanta el doctor.
“Con solo pararnos en la puerta de un colegio a la hora de salida podremos ver que 3 de 10 niños tienen obesidad, y si nos paramos en una terraza y contamos 10 personas adultas pasar, 4 tienen obesidad y 5 o 6 sobrepeso, con lo cual esta es la evidencia más contundente del fracaso terapéutico como ciencia. Ahora pasamos a las teorías”, explica Viarengo.
Los genes de las personas de hoy siguen siendo los mismos que los de las personas de hace 3 millones de años, inicio del paleolítico, el mismo que los habitantes del planeta durante la última glaciación hace 20000 años y el mismo del final del paleolítico y el inicio del mesolítico hace 10000 años, momento de aparición de la agricultura.
“Sin embargo, con los mismos genes nuestros hábitos han variado mucho con respecto a la forma de vida que tenían nuestros antepasados, entre ellos la forma de movernos y de alimentarnos, sin haber dado lugar, en la mayoría de las personas, a lo que llamamos una flexibilidad metabólica” asevera el experto.
Los grandes cambios en alimentación y hábitos aparecen hace muy poco para la historia de la humanidad, coincide con la aparición de la agricultura y la ganadería no hace más de 10000 años, y los cambios adaptativos genéticos por mutaciones adaptativas, demoran cientos de miles o millones de años en producirse. Esta falta de adaptabilidad hace que los humanos deban enfrentarse a varios problemas metabólicos, entre los que se encuentra la resistencia a la insulina, la obesidad, la diabetes, y la diabesidad, término que acuña la OMS en el año 2018 y la declara como pandemia mundial. Sin embargo, continúa fomentando la misma pirámide nutricional desde los años 80, pese a haber pasado un quiebre científico en el año 2000 con el descubrimiento del genoma humano en el proyecto genoma.
“Así, desde la medicina tradicional y la nutrición se continúa prescribiendo dietas fraccionadas en 5 o 6 comidas, comiendo poquito y de todo, una dieta “pseudomediterranea”, e igual para todo el mundo, con 4 o 5 porciones de fruta diaria y otras varias de verduras, sin dejar los hidratos de carbono integrales de lado y siendo junto a las legumbres la base de la alimentación humana según la pirámide, la misma que dio lugar a la pandemia de diabesidad. ¿Algo no funciona verdad?, pues bien veremos lo que es”, adelanta el Dr. Fernando Ruger Viarengo.
Básicamente es esta inexistencia de flexibilidad metabólica en la mayoría de personas a la dieta actual. Se puede saber estudiando los genes de los pacientes. El doctor añade que “lo que nos ha salvado como especie, que es la resistencia a la insulina en la época de hambruna y periodos de carencia de alimentos que sufrimos, hoy nos está matando como individuos, debido a la falta de movilidad, cosa que nuestros antepasados no sufrían. Para conseguir el alimento necesitaban recorrer kilómetros hacer fuerza bajo el frío, etc. Hoy pedimos un menú por una app moviendo solo un dedo y nos llega al sofá desde el que lo pedimos un menú de unas 3000 calorías o más con un 40% de hidratos o azúcares. Somos una población mundialmente de obesos desnutridos, incluso vivimos en una miseria nutricional fisiológica aunque estemos sobrealimentados, lo que genera resistencia a la insulina, producción de glucosa en el hígado, hígado graso, dislipemia, patología vascular y diabesidad”.
También la tendencia de comer frutas en exceso como habito saludable (que a día de hoy tienen carencias nutricionales de minerales y vitaminas debido a la explotación industrializada de suelos), sumado a las manipulaciones genéticas que sufren para pasar de ser un plátano áspero neutro de sabor y con semillas a un plátano tal como se conoce cremoso y dulce, casi se trata de un producto procesado y lleno de fructosa (azúcar que el cuerpo no sabe metabolizar y que genera triglicéridos, hígado graso y disbalance de la insulina con resistencia), sumado a que por la manipulación genética genera proteínas nuevas, que también se puede generar intolerancia a ellas.
“Por eso cuando me dicen que las frutas tienen muchas vitaminas y minerales, permítanme primero ponerlo en duda y segundo si así fuese, que en casos específicos lo es, es un alto precio el que pagamos por esas vitaminas y minerales que podemos encontrar también en la espinaca, y es atiborrarnos de fructosa que el cuerpo convierte en grasa triglicéridos, hígado graso y resistencia a la insulina, entre otras cosas” anuncia el doctor.
“El comer cada dos horas como si fuéramos reales neonatos, a día de hoy no puedo entender de donde ha salido, sabiendo que nuestros genes están acostumbrados a comer naturalmente en una modalidad intermitente, y pretenden los servicios nutricionales sanitarios realizar una rehabilitación metabólica contradiciendo la voluntad de nuestros genes, algo biológicamente sin sentido. Por este motivo la diabetes y la obesidad como el síndrome metabólico es el fracaso más grande de la endocrinología y de la nutrición en nuestros tiempos, y más aún cuando se le agrega la conocida pirámide nutricional”, añade el experto.
Hay que replantearse los métodos y herramientas y hacerlo con ayuda del avance de la ciencia y la genética, que darán la clave de qué genética tiene cada uno y de cómo puede y debe comer para poder estar saludables realmente y no en un efecto yoyó y probando dietas y otros métodos que solo siguen enfermando y haciendo a las personas formar parte de esta pandemia de diabesidad.
“Hoy con ciencia y genética podemos dar solución a un desafío de años que mantiene como fracaso la medicina y la nutrición, que es recuperar la salud de pacientes con obesidad y diabesidad a través de métodos científicos y resultados que pueden revertir la obesidad, revertir el síndrome metabólico y sus complicaciones y llevar la diabetes tipo 2 a una estabilidad de normoglucémica sin medicación y evitando todas sus complicaciones. Pero poder hacerlo con ciencia, es hoy una obligación desde el descubrimiento del genoma, y una obligación ética y moral el no continuar con los métodos, dietas, sistemas, y demás protocolos arcaicos que nos han llevado como mundo científico al fracaso con esta patología” explica el Dr. Ruger Viarengo.
Hoy ya ha cambiado la visión metabólica y genética y se puede dar respuesta desde la ciencia con indicaciones precisas y personalizadas según los genes del paciente. A algunos les vendrá mejor el ejercicio aeróbico y a otros de fuerza por ejemplo, y así con la dieta y también con la suplementación.