En 2010 nacía la plataforma digital que más nos acercaría a nuestros teléfonos móviles. A medida que han pasado los años, Instagram ha ido avanzando y reinventándose con múltiples cosas nuevas. A día de hoy, cuenta con millones de filtros de todo tipo. Empezó con filtros con efectos retros, viñetas de colores con una luz de nostalgia que hacían que nuestras fotografías pareciesen otras.
Instagram ha ido cambiando mucho con el paso de los años. Cuando nació, simplemente era una plataforma para captar momentos propios de la vida. Resaltando los colores del atardecer o simplemente para dar algún tono diferente a una foto.
En la actualidad, Instagram es una constante guerra de egos, se ha convertido en una competición. Ha revolucionado la historia de internet y ha cambiado la vida de las personas. Muchas de ellas, se ven afectadas por esa plataforma y a muchas les afecta en su estado de ánimo.
Los filtros pueden llegar a hacer mucho daño, puesto que después de añadirle un filtro a una imagen, no se está viendo la realidad. Nos han mostrado qué comida es la más deliciosa, cómo deberían ser las relaciones de parejas idílicas, y también nos enseña los mejores destinos para irnos de vacaciones. En Instagram, podemos ver todo tipo de imágenes, desde los primeros selfies virales de los personajes más famosos del mundo, los obituarios de famosos fallecido, fotografías censuradas, hasta apetitosas comidas en lugares de en sueño.
Dos jóvenes programadores de San Francisco crearon una plataforma llamada “Burbn”, consistía en compartir fotografías desde dispositivos móviles sin tener la necesidad de hacerlo desde un ordenador. Más tarde, le dieron una vuelta al nombre y jugaron con dos palabras hasta sacar la palabra “Instagram”: cámara instantánea y telegrama. Esta plataforma digital que da la vuelta al mundo pertenece a Facebook desde 2012 y está valorada en alrededor 100.000 millones de dólares.