Como un término reciente que abarca una realidad histórica, se encuentra la diversidad funcional. Las personas que la sufren ven constantemente cuestionada su inclusión en la sociedad. Este concepto define a todas aquellas personas que tienen un comportamiento y unas habilidades diferentes a las del resto de la sociedad por causas congénitas o accidentales.
En ese sentido, el soporte a los afectados por parte de sus familias es fundamental. Para todas ellas, la Unidad de Recursos para la Atención hacia Personas con Diversidad Funcional (DFR) ofrece todo tipo de herramientas para que ayudar a sus seres queridos sea mucho más sencillo.
Consejos para facilitar las tareas de los familiares
La primera tarea que deben hacer las personas cuando un miembro de la familia tiene diversidad funcional es la de formarse. Nadie nace capacitado para enfrentar los desafíos que esto representa, por ello es pertinente informarse con expertos sobre el tema. Esa información se puede obtener acudiendo a centros de atención y participando en programas de apoyo.
Una de las mayores recomendaciones para las familias es organizar actividades de grupo que sean acordes con las capacidades del familiar atendido. Esto es primordial para que la persona pueda escalar esa sensación de inclusión a los otros niveles de la sociedad.
También es imprescindible conservar una actitud positiva dentro de la rutina cotidiana. Celebrar efusivamente cada pequeño logro es crucial para la salud mental de las personas con capacidades diversas. Hay que hacerlas partícipes de las decisiones que se toman y que afectan a la familia. Valorar su opinión y darle importancia contribuye a subirles la autoestima.
Hay muchos recursos a los que acudir
Existen recursos materiales interactivos, digitales, audiovisuales y apoyos de personal cualificado que se pueden y se deben aprovechar. En este sentido, organizaciones como DFR son opciones que se deben considerar.
La DFR es una organización orientada a empoderar a todos aquellos individuos que cuentan con diversidad funcional. Se esfuerzan en ofrecer un trabajo integral de modo que se cubran todas las necesidades del afectado, actuando desde tres ámbitos: sanitario, social y psicoeducativo. A través de su actuación pretenden consolidar estrategias saludables hacia estas personas, generar líneas de actuación para sus familiares y contribuir a la formación del personal calificado.
Para conseguir sus objetivos, ofrecen distintos canales y herramientas adaptados a cada participante. De este modo, todo el entorno de la persona con discapacidad funcional, incluida ella misma, puede recibir la ayuda necesaria para que su día a día sea mucho más feliz y llevadero.