Los líderes de finanzas de los países miembros del G20 han aprobado este miércoles apoyar el acuerdo internacional propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para aplicar una fiscalidad mínima para las empresas multinacionales.
Con este acuerdo se establecerá un sistema tributario internacional «más estable y justo», ha destacado el G20 en un comunicado en el que además ha instado a desarrollar «rápidamente» las reglas de este modelo para garantizar que entren en vigor a nivel mundial de cara al año 2023.
Así, el Grupo de los Veinte buscará acordar políticas para «sostener el crecimiento» de la productividad a la par que sirvan para «ayudar a garantizar que los beneficios se compartan equitativamente» tanto en los territorios nacionales como a nivel internacional.
Además, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los países miembros han apuntado que continuarán «apoyando la recuperación» de los estragos provocados por al pandemia de la COVID-19 y que evitarán «cualquier retiro prematuro de las medidas de apoyo».
«Nos esforzaremos por ayudar a abordar los cuellos de botella y la escasez de herramientas COVID-19 en los países de ingresos bajos y medianos durante los próximos meses, reafirmando nuestro compromiso de garantizar un acceso seguro, equitativo y asequible a las vacunas, terapias y diagnósticos», han señalado.
Por su parte, el comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, ha aplaudido el visto bueno del G20 a un acuerdo en el que están presentes todos los países de la UE y que es «nada menos que una revolución fiscal», al tiempo que ha destacado que los Papeles de Pandora son «otro recordatorio de las injusticias que caracterizan el sistema económico de hoy».
«Las transiciones verde y digital solo se producirán si son justas, por lo que este reinicio del sistema fiscal global es una parte fundamental del cambio que necesitamos ver: todo el mundo debe pagar lo que le corresponde», ha explicado en un comunicado.
El italiano ha señalado que la Comisión Europea planteará una propuesta para trasladar el tipo mínimo del 15 por ciento a la legislación europea cuando la OCDE finalice los detalles, mientras que estudiará «detenidamente» si es necesario diseñar una directiva para cumplir con el otro pilar del acuerdo sobre reasignación territorial de los beneficios de las empresas digitales.
«VICTORIA PARA EL MULTILATERALISMO»
La OCDE ha dado de este modo un nuevo paso en su tarea de alcanzar un acuerdo internacional con la suma de 136 países al pacto, frente a los 130 que había logrado unir el pasado mes de julio.
«Esto hará que nuestro sistema fiscal internacional sea más justo y funcione mejor. Es una gran victoria para el multilateralismo efectivo y equilibrado. Es un acuerdo de alcance que augura que nuestro sistema fiscal internacional encaja en una economía mundial globalizada y digitalizada», subrayó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, la pasada semana en la presentación del plan.
El acuerdo ataja los problemas derivados de la base imponible y el traslado de beneficios por parte de grandes empresas a jurisdicciones con una baja fiscalidad. Como ya se había acordado, el acuerdo global se centrará en dos pilares de actuación.
El primer pilar incluye a las multinacionales con ingresos globales superiores a los 20.000 millones de euros y una rentabilidad por encima del 10 por ciento, excluyendo las empresas extractivas (petroleras o mineras) y las de servicios financieros regulados.
El marco fiscal asignará los ingresos a las jurisdicciones donde se consuman los bienes o servicios vendidos. Posteriormente, los beneficios en exceso de ese 10 por ciento (hasta un 25 por ciento máximo) se asignarán a las jurisdicciones usando el reparto de ingresos con el objetivo de estar sujetos a impuestos.
El segundo pilar abarcará a las empresas que facturen 750 millones de euros o más a nivel global e incluye que el tipo mínimo de los Impuestos sobre Sociedades sea del 15 por ciento en todas las jurisdicciones adheridas al acuerdo.