El crecimiento de la actividad del sector manufacturero de China se ha frenado en agosto hasta mínimos por el impacto de las nuevas variantes de la Covid-19, mientras que en el sector no manufacturero el deterioro de la actividad ha provocado una recaída en contracción, según muestran los datos del índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por la Oficina Nacional de Estadística (ONS).
En el caso del sector manufacturero, el índice PMI se ha situado en agosto en 50,1 puntos desde lo 50,4 de julio, al borde del estancamiento, después de la contracción observada en la entrada de nuevos pedidos, cuyo índice ha bajado a 49,6 puntos desde 50,9 en julio.
De su lado, el índice PMI no manufacturero se ha situado en agosto en 47,5 puntos, frente a los 53,3 de julio, lo que supone una contracción de la actividad, incluyendo un deterioro hasta los 45,2 puntos desde los 52,5 de julio del subíndice del sector servicios.
De este modo, el índice PMI compuesto para la economía china se ha situado en el octavo mes de año en 48,9 puntos, frente a los 52,4 del mes anterior, reflejando una «significativa ralentización» de la actividad de las empresas chinas respecto del mes anterior.
«Las últimas encuestas sugieren que la economía de China se contrajo el mes pasado debido a que las interrupciones a raíz del virus pesaron mucho sobre la actividad de los servicios», ha indicado Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics.
En este sentido, el experto ha advertido de que, mientras persisten los problemas de suministro a causa de los cuellos de botella, también se ha comenzado a observar un debilitamiento de la demanda.