El ‘Ecobranding’ y la importancia de la marca en una organización

Por Remitido

Un tema del que ya se lleva un tiempo hablando es el del “ecobranding”. Para aquellos que no estéis familiarizados con el término, este se refiere a la integración en el concepto de marca de aspectos más globales como el respeto al medio ambiente, la sostenibilidad y el respeto a los Derechos Humanos. En otras palabras, se encuentran ante una filosofía de marca que no solo busca el beneficio económico de la empresa, sino que también pretende construir la marca basándonos en valores que promueven el respeto por el planeta y la transparencia para con las personas.

Esto se traduce en empresas que buscan reducir el impacto medioambiental mediante la optimización de los recursos y el aumento de la eficiencia en sus procesos junto a una disminución de los costes, manteniendo la calidad y su objetivo empresarial.

El ecobranding aporta diferentes ventajas estratégicas a las empresas, como:

El acceso a nuevos clientes que valoran y se identifican cada vez más con marcas que demuestran su compromiso y responsabilidad con el entorno y lo entienden como un valor añadido frente a otros productos similares en el mercado. 

Se aumenta la calidad y la durabilidad de los productos. 

Se consiguen reducir los costes de producción mediante el ahorro de materiales y la optimización de los procesos. 

Se construye una reputación corporativa.

Los beneficios de la construcción de marcas basadas en estos valores generan unos beneficios, además de para las empresas, para el medio ambiente. Las marcas sostenibles minimizan su huella ecológica mediante el uso de materiales reciclados o biodegradables y, en muchos casos, favorecen iniciativas que benefician a comunidades locales y buscan desarrollar nuevas tecnologías, métodos y procesos que reduzcan el impacto ambiental y social.

También los consumidores se ven beneficiados al apoyar marcas más sostenibles, donde encuentran empresas que comparten sus valores y compromisos medioambientales y éticos. De esta manera, los consumidores se sienten parte de un movimiento que promueve economías más verdes que asegurarán un planeta más saludable para las generaciones futuras. Se genera una conexión entre marca/empresa y consumidor.

Se puede considerar que, a grandes rasgos, las características de una marca sostenible son:

Empleo de materiales sostenibles en su producción. 

Reducción del uso de recursos. 

Transparencia en cuanto al origen de los materiales y los procesos de fabricación. 

Calidad de sus productos. 

Compromiso con la innovación.

Visualmente, todo esto se traduce en diseño de marcas y logotipos que muestran el compromiso de la organización con esta filosofía de empresa comprometida con la sostenibilidad, visualización del uso de tecnologías más sostenibles, o el desarrollo de estas, y el uso de productos más ecológicos en sus procesos de fabricación.

Un claro ejemplo de una empresa que ha apostado por esta filosofía en la fabricación de sus productos es DENTAID. La empresa catalana acaba de lanzar una nueva gama de productos para la salud bucodental que comercializa bajo la marca protegida de PHB Time To Care So.

Tanto el producto en sí, dentífricos, colutorios y cepillos dentales, como su packaging, son sostenibles y respetuosos con el medio ambiente a la vez que cumplen las más altas expectativas de los consumidores que apuestan por el uso de productos más naturales, con más de un 90% de ingredientes naturales y con envases 100% reciclados y 100% reciclables, reduciendo, por tanto, el impacto ambiental de forma considerable.

Los colores utilizados en los productos y sus embalajes sugieren ya conceptualmente esta aproximación a lo ecológico, a lo natural, a una apuesta por el cuidado de las personas y también del planeta.

En conclusión, se puede decir que las empresas que están apostando por el ecobranding, mejoran su imagen corporativa y fidelizan a sus clientes, que cada vez son más conscientes y exigentes en cuanto a la sostenibilidad y el compromiso con el planeta y la sociedad en la que se quiere vivir.

Artículo de Imma Miralles, PONTI & PARTNERS