Tom Barrack, un exasesor del expresidente Donald Trump acusado de presionar en países extranjeros a favor de Emiratos Árabes Unidos (EAU), ha salido este viernes de prisión tras pagar una fianza de 250 millones de dólares (más de 212,3 millones de euros).
Barrack, que ha salido de la cárcel a la espera de su juicio, también tendrá que llevar un brazalete de localización por GPS y se le ha prohibido transferir cantidades de dinero a países extranjeros. El tribunal también ha restringido su capacidad de movimiento a únicamente algunas zonas de Nueva York y el sur de California.
En la demanda, el Departamento de Justicia solicitó prisión preventiva para Barrack mientras era trasladado a Nueva York para su comparencia y le catalogó como de grave riesgo de fuga debido a su «gran riqueza», sus conexiones en el extranjero y su acceso a aviones privados. Según ha informado la cadena de televisión CNN, tendrá que comparecer en un tribunal federal de Brooklyn, donde está censado, el lunes. Un portavoz de Barrack ha señalado que pretende declararse no culpable de los cargos que se le imputan.
Barrack fue imputado el martes por hacer ‘lobby’ en países extranjeros en nombre de EAU, en un caso que fiscales federales han descrito como un intento para influir en las posiciones de política exterior tanto de la campaña presidencial del magnate en 2016 como de la administración posterior. Está acusado de siete cargos por actuar como agente de EAU entre abril de 2016 y abril de 2018. También está acusado de obstrucción a la justicia y de mentir a agentes federales.
En concreto, el exasesor de Trump y otros dos hombres –Matthew Grimes, de Aspen (Colorado) y Rashid al Malik Alshahi, ciudadano emiratí– capitalizaron el estatus de Barrack como asesor sénior durante la campaña del magnate para «promover los intereses de EAU y proporcionar Inteligencia a los mismos, mientras que no notificaron que sus acciones se llevaron a cabo bajo la dirección de altos funcionarios de EAU».
Barrack estuvo en contacto directa e indirectamente con un alto cargo emiratí, de acuerdo con los cargos, y se refería a Al Malik Alshahi como un «arma secreta» para promover su agenda de política exterior en Estados Unidos. Barrack era el presidente del comité de investidura de Trump, aunque los cargos por los que ha sido imputado parecen no estar relacionados con el evento.