En la actualidad, la transición energética hacia un modelo sostenible para el planeta es una de las principales preocupaciones a nivel global. Sin embargo, existen aún varios factores que obstaculizan este proceso, relacionados con algunas de las industrias más grandes e importantes en el mundo.
Así lo señala el informe de la iniciativa “El Futuro es Energía”, presentado recientemente por Demos Lab en el Congreso de los Diputados. En este documento participaron miles de jóvenes, quienes identifican a los intereses ligados a las empresas de combustibles fósiles como uno de los principales obstáculos para esta transición.
El Futuro es Energía es una iniciativa enmarcada en el proyecto El Futuro es Ahora, llevado a cabo por la organización social Demos Lab, en colaboración con entidades como Talento para el Futuro y Democracia Digital. En este programa participaron más de 8.000 jóvenes entre 16 y 30 años, quienes formaron parte de una macroencuesta sobre transición energética. Los resultados de este proceso se presentaron el pasado 7 de octubre en el Congreso de los Diputados, con el objetivo de trasladar las preocupaciones y propuestas a los principales líderes políticos de la nación.
El informe incluye no solo las inquietudes de estos jóvenes, sino también los criterios de un foro de expertos, cuyas perspectivas ayudaron a transformar estos planteamientos en propuestas técnicas factibles. Del mismo modo, la presentación incluyó una mesa redonda con los representantes de las organizaciones que impulsan esta iniciativa. El diálogo contó además con la participación de varios miembros parlamentarios, quienes reconocieron el valor de los aportes juveniles y expusieron las posturas de sus respectivas agrupaciones políticas al respecto. En la intervención final, se recalcó que este evento no es la culminación, sino el inicio de un proceso de transformación en la matriz energética de España.
La iniciativa El Futuro es Energía, en su informe final, recoge varias conclusiones reveladoras acerca de la perspectiva de los jóvenes en relación con la transición energética. Una de las más relevantes es su postura sobre la industria de los combustibles fósiles. Según los participantes, los intereses económicos de estas compañías representan una las principales barreras para esta transformación, junto con la falta de acuerdos políticos para regular al sector en ese sentido.
En esa línea, el 79% de los participantes consideran necesaria una legislación más ambiciosa en esta materia, como una fiscalidad verde y medidas para almacenar el exceso de energía renovable. Asimismo, el 90% de ellos considera que las políticas públicas y la regulación normativa son fundamentales para esta transición.
Por otro lado, los jóvenes también plantean alternativas como impulsar una mayor producción de energías renovables. Asimismo, proponen reemplazar con estos recursos el uso de gas y combustibles fósiles, así como el desarrollo de una movilidad más ecológica. Todas estas propuestas y observaciones reflejan el compromiso de la juventud con la transición energética hacia un modelo sostenible.
