En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, una pequeña cooperativa digital de 10 personas está transformando silenciosamente los procesos de gestión de pequeñas producciones agrarias. El equipo de pod ha desarrollado una herramienta digital totalmente artesanal por y para el sector primario, demostrando que la tecnología no está reñida con la artesanía, y que herramientas digitales especializadas en combinación con servicios de implantación y soporte de calidad, pueden ser poderosas aliadas de la agricultura y ganadería familiar.
«Se trata de artesanía digital», explica Alejandro, uno de los fundadores de pod. «Puede sonar paradójico, pero en el mundo de hoy, hasta la propia tecnología se ha deshumanizado. Detrás del desarrollo de nuestras herramientas hay un proceso tan artesanal como labrar la tierra o cuidar del ganado. Que no sea un trabajo tan físico no quiere decir que sea menos artesanal».
Esta filosofía se refleja en cada aspecto de pod, una herramienta digital diseñada específicamente para las necesidades de pequeños productores que apuestan por la venta directa y los canales cortos de comercialización. «Cada función nace de una necesidad real expresada por las usuarias y usuarios que la utilizan», comenta Ulises, responsable del equipo de producto. «Cuando alguien sugiere una mejora, llega directamente al equipo de programación. Se está co-diseñando la herramienta mano a mano con el sector, directamente con las personas que la utilizan».
pod aborda dos de los mayores desafíos de la pequeña y mediana producción agraria: la gestión comercial y administrativa. «El objetivo de pod es sencillo, que no simple: que los agricultores pasen más tiempo en el campo y menos en el ordenador«, explica Ulises. «Con pod, tareas que antes llevaban horas, como gestionar pedidos o preparar facturas, ahora se hacen en minutos».
Ana, una ganadera de ovino en Extremadura que vende sus quesos directamente a particulares, tiendas y restaurantes, confirma: «Antes pasaba los domingos con facturas y pedidos. Ahora, con pod, lo resuelvo en minutos. He recuperado tiempo para mi rebaño y mi familia».
pod va más allá de la eficiencia. En un mercado dominado por grandes cadenas de distribución, ofrece a los pequeños productores herramientas para competir en igualdad de condiciones. «Es como cargar la honda de David con una superpiedra para su enfrentamiento contra Goliat», comenta Alejandro. «Hoy es posible crear herramientas muy especializadas y potentes a los pequeños para que se muevan con agilidad donde los grandes van más lentos».
El impacto de pod va más allá de lo económico. Al simplificar la gestión, permite a las familias que se dedican a la agricultura y ganadería a concentrarse en lo que realmente importa: cuidar la tierra y producir alimentos de calidad. «Mires al territorio al que mires, los productores y productoras son personas que están cuidando de la naturaleza para toda la sociedad», recuerda Alejandro. «Ayudarles a ganar tiempo es darles la oportunidad de cuidar mejor de nuestro entorno».
El equipo de pod no solo desarrolla la aplicación, sino que acompaña a los usuarios en su implantación a medida. «Lo que no se puede pretender es que la gente que está en el campo sea informática, contable, comercial y que además, produzca alimentos de calidad», explica Alejandro. «Necesitan una mano para empezar, y ahí está el equipo de pod».
Como pequeña cooperativa, pod entiende los desafíos de sus usuarios. «En el equipo hay consciencia de lo duro que es luchar por sobrevivir en un mercado tan competitivo porque este proyecto también es pequeño, y tiene la misma dificultad», añade Alejandro. «Por eso, cada vez que alguien elige pod, no solo está adquiriendo un software, está apoyando a un proyecto que comparte sus valores y preocupaciones».
pod no es solo una herramienta de gestión; es un aliado en la lucha por cuidar, proteger y desarrollar una agricultura y ganadería familiar sostenible y resiliente. «El objetivo es un futuro donde los más pequeños de la sociedad puedan elegir dedicarse al campo y vivir dignamente de ello, y poder decir con orgullo que quieren dedicarse a producir», concluye Alejandro. «pod ha sido el camino elegido por parte de todo el equipo como forma de cultivar ese futuro.» En un mundo cada vez más digital, pod demuestra que la tecnología, cuando se desarrolla con mimo y propósito, puede ser una poderosa aliada para preservar y potenciar lo más valioso de nuestra tradición agraria. No se trata de reemplazar lo artesanal, sino de darle las herramientas para florecer en el siglo XXI.