El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, prepara una profunda remodelación del órgano de dirección del fabricante de automóviles en respuesta a la caída de beneficios de la compañía y la crisis de ventas de los últimos trimestres.
Tavares podría presentar su nueva propuesta a lo largo de los próximos días, según adelanta ‘Bloomberg’ citando fuentes internas de la firma, y añadiendo que los cambios podrían afectar a varios departamentos, desde el equipo financiero hasta las jefaturas regionales de Stellantis en todo el mundo.
Este movimiento trascidende después de que hace unas semanas se confirmara que el presidente de Stellantis estaba buscando un sucesor para Tavares para cuando expire su contrato a partir de 2026.
De momento, no está claro que los directores regionales de Stellantis apoyen el plan de reorganización del consejero delegado, ya que los miembros del consejo de administración estarían más preocupados por tratar de recuperar el terreno perdido en mercados como el estadounidense, la mayor fuente de beneficios de Stellantis.
El fabricante de Peugeot o Jeep, entre otras marcas, ha estado lidiando con un aumento de los inventarios que afecta de manera negativa a las cuentas del grupo, salidas de directivos de la compañía y el retroceso de las ventas en Estados Unidos tras subir los precios más que la competencia.
Ante esta situación, John Elkmann, presidente de Stellantis y consejero delegado de Exor NV, el mayor accionista del fabricante, está cada vez más descontento con la situación en América del Norte.
Al poco tiempo de conocerse este posible movimiento, las acciones de Stellantis en la Bolsa de Valores de Milán han llegado a sumar un 3,2% durante los primeros compases de la sesión de este jueves para darse la vuelta al poco tiempo y recortar en el entorno de un 1,4%, cotizando sobre los 12,04 euros por título. La capitalización de Stellantis ha caído más de un 43% en el último año.
En una visita a planta en Sochaux (Francia) la semana pasada, Tavares afirmó que mantendrá su mandato hasta el final y que los actuales vientos en contra «en modo alguno» ponen en entredicho su estrategia.