Duro Felguera registró pérdidas de 26,3 millones de euros en el primer semestre del año, frente a las ganancias de 1,56 millones obtenidas en el mismo periodo del año anterior, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El resultado bruto de explotación (Ebitda) de la firma asturiana fue de -8,8 millones de euros en los seis primeros meses del año, en contraste con el Ebitda positivo de 6,4 millones de euros del mismo periodo de 2023.
La compañía obtuvo en los seis primeros meses del año unos ingresos ordinarios de 157 millones de euros, mejorando en un 11,3% la cifra del primer semestre de 2023.
En la actualidad, el grupo opera mayoritariamente en el ámbito internacional. Así, del total de ingresos ordinarios del primer semestre, más de dos tercios procedían de fuera de España, especialmente de Europa, donde obtuvo ventas por valor de 63,8 millones de euros, el equivalente al 40% del total de sus ingresos.
Duro Felguera cerró el primer semestre del año con una deuda financiera bruta de 147,1 millones, por encima de los 144,4 millones con los que finalizó el ejercicio 2023.
La compañía asturiana ha destacado que, durante el primer semestre de 2024, la coyuntura económica mundial ha mostrado menores signos de crecimiento de lo esperado, se ha reactivado el conflicto en Oriente Medio, prosigue la inestabilidad en los precios de la energía y todavía se observa «tensión» en el mercado de materias primas. Todo ello supone, a su juicio, «un escenario extraordinariamente complejo para el normal desarrollo de las actividades empresariales».
Adicionalmente, Duro Felguera señala que el hecho de que las subidas salariales se mantengan por detrás de los incrementos de los precios en general «están creando una sostenida rigidez en los mercados laborales, ya detectable en ejercicios previos, con falta de mano de obra en muchos de los sectores clave de la economía».
«Entre esos sectores se encuentra el del Grupo Duro Felguera, que afronta cada vez mayores desafíos, al igual que el resto de las empresas que operan en el sector, a la hora de contratar la escasa mano de obra cualificada y especializada disponible», asegura la empresa.
A pesar de este escenario económico, la firma asturiana mantiene su hoja de ruta, definida a finales de 2022 en un plan de negocio que se presentó a accionistas e inversores en el mes de marzo de 2023 «y que, hoy, mantiene su vigencia».
Este plan contempla superar los 1.000 millones de contratación y ventas en cuatro años y marca el paso, desde una fase de viabilidad y estabilización, a otra de crecimiento y expansión.
«Este crecimiento en ventas y contratación se traducirá, en ejercicios sucesivos, en una mejora de los resultados y los márgenes, impactando, tanto en el Ebitda del grupo como en el beneficio consolidado y en la reducción de la deuda financiera», subraya la compañía.