Aguantar la respiración es un acto que, normalmente, las personas realizan de manera voluntaria para mantenerse más tiempo debajo del agua u obtener unos niveles de oxígeno elevados. Este tipo de prácticas voluntarias son buenas para la relajación, la mejoría de las funciones cerebrales y deportes como la natación o el buceo. Sin embargo, Alex Hick, experto en respiración de Sentirme Mejor, explica que la apnea (sin respiración) involuntaria es sumamente peligrosa, ya que indica que existe un patrón crónico. Este tipo de trastorno crónico evita que los tejidos y órganos del organismo reciban el oxígeno adecuado para operar con eficacia.
¿Por qué ocurre la apnea involuntaria?
Las enfermedades respiratorias graves se encuentran entre los principales causantes de aguantar la respiración de manera involuntaria. Otros factores son desarreglos en el sistema nervioso autónomo, lesiones neurológicas u otras afecciones. Existe otra causa muy común que pocos conocen y que está relacionada con el estrés, el cual es responsable de la mayoría de los trastornos humanos. Esta causa es la hipervigilancia crónica, la cual surge ante situaciones alarmantes y de peligro. Una de estas situaciones pueden ser un jefe que suela causar temor en sus empleados cuando está cerca. Otro ejemplo de ello es recurrir constantemente a un espacio donde la persona busca permanecer lo más sutil posible bajo un miedo y estrés aterrador para no ser percibida. Aguantar la respiración involuntariamente tiene como nombre científico hipoxia intermitente y se suele estudiar para prevenirla. En Sentirme Mejor abordan más sobre este tema, explican los beneficios de la hipoxia voluntaria y enseñan distintos tipos de ejercicios para practicarla como los pranayama de yoga, o técnicas de respiración deportiva.
Consecuencias y beneficios de la hipoxia controlada
La hipoxia intermitente es buena cuando la persona puede controlarla para conseguir más beneficios para su cuerpo y es mala cuando ocurre sin su control ni permiso. Las consecuencias de aguantar la respiración constantemente y sin control son el incremento de la presión sanguínea, inflamación sistemática, eritropoyesis, hipercolesterolemia e hipertensión pulmonar. Sumado a ello, ocurre un empeoramiento en la memoria de trabajo espacial y las actividades de aprendizaje que dependen del hipocampo.
Sin embargo, aguantar la respiración frecuente y controladamente mejora dicha memoria y potencia el aprendizaje. De igual forma, reduce los niveles de colesterol, la presión arterial y la depresión. Esta práctica habitual también incrementa las capacidades aeróbicas y atléticas, promueve una recuperación respiratoria y somática adecuada, ayuda a perder peso y fortalece el sistema inmunológico. Por ello, es común que en muchas prácticas de yoga se realice la hipoxia intermitente controlada durante la ejecución de las técnicas de pranayama.
Por lo tanto, aguantar la respiración es bueno siempre que se realice voluntariamente bajo un asesoramiento profesional y cuidado adecuado. Sentirme Mejor envía gratis al correo de sus usuarios meditaciones guiadas y ejercicios para lograrlo de forma óptima.