El radiador no es una pieza que deba sustituirse periódicamente, como los filtros o las pastillas de freno. No es un elemento consumible y está diseñado para un servicio prolongado, de 8 a 12 años. Sin embargo, si las condiciones de funcionamiento han sido duras y el mantenimiento es insuficiente, el radiador puede averiarse mucho antes. Si la situación ya se ha producido, es mejor pedir un radiador nuevo en Avtopro sin remordimientos. En este sitio, puede encontrar una pieza de automóvil a un precio asequible para cualquier modelo. Por ejemplo, un nuevo radiador de calefacción Peugeot 206 puede adquirirse por un importe a partir de 95 euros. Sin embargo, para que el recambio aguante toda su vida útil, es necesario protegerlo de los «enemigos naturales».
Principales causas de averías prematuras
Corrosión
El principal enemigo del radiador de calefacción es la corrosión. El radiador está hecho de aluminio o cobre, que están sujetos a la oxidación. Poco a poco, puede formarse óxido e incrustaciones en las paredes, lo que provoca fugas y disminuye la eficacia del funcionamiento. La causa más frecuente es la mala calidad del líquido refrigerante o su sustitución irregular.
Obstrucción
Con el tiempo, la suciedad, los sedimentos y los productos de la corrosión entran inevitablemente en el sistema de refrigeración. Estas partículas se acumulan en los tubos y celdas del radiador, restringiendo el flujo de refrigerante. Como resultado, el radiador empieza a funcionar mal y el motor se sobrecalienta.
Golpes, baches
El radiador puede dañarse fácilmente como consecuencia de golpes, vibraciones al circular por carreteras en mal estado. Los impactos fuertes de objetos grandes en la carretera o los saltos en los baches pueden dañar el radiador incluso con elementos de protección.
Desgaste
Los anillos de estanqueidad y las mangueras que conectan el radiador con el resto del sistema pierden su elasticidad y empiezan a tener fugas mucho antes que el propio radiador. Si no se sustituyen a tiempo, comenzarán las fugas, lo que creará una presión excesiva en el sistema. Esto provocará la rotura de la unidad.
Cómo evitar averías prematuras
Para que el radiador funcione de forma constante durante al menos 8 años, o incluso los 12, hay tres reglas básicas para su mantenimiento:
Cambiar regularmente el líquido refrigerante.
Realizar un diagnóstico del sistema al menos una vez al año.
Utilizar líquidos y juntas de calidad.
El cumplimiento de estas normas no solo evitará averías en el radiador, sino que también protegerá el motor del coche contra el sobrecalentamiento.