Cada euro invertido por el Instituto Cervantes para sostener el examen para la obtención del DELE (Diploma de Español como Lengua Extranjera) en todo el mundo genera casi cinco euros (4,7) de actividad económica ligada a la certificación -libros, clases, profesores o incluso turismo idiomático-, según se desprende del libro ‘La certificación en español: un universo valioso. Cartografía y valor económico’.
Así, gracias a esta investigación, desarrollada por el Instituto Cervantes y la Fundación Nebrija, e impulsada por el Observatorio Nebrija del Español y que se ha presentado este martes 17 en la sede central del Instituto en Madrid, se concluye que la certificación española va ligada a una rentabilidad social «clara y muy notable».
Durante el acto, en el que han participado el director de la entidad, Luis García Montero y el director de la Fundación Nebrija, Gregorio Martínez, se ha expuesto que los sistemas de certificación de dominio de español tienen un mayor peso en el continente europeo ya que hay más variedad de exámenes y demanda de títulos oficiales de español.
Por otro lado, el DELE es el de mayor presencia en el ámbito internacional, es el más implantado en Asia y el que principalmente convive con los sistemas americanos en Estados Unidos, por delante del Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española (SIELE). No obstante, en cuanto al número de candidatos evaluados, la certificación más popular es la del Consejo Americano de Enseñanza de Lenguas Extranjeras (ACTFL) de Estados Unidos.
En casi las doscientas páginas del libro, se mide, a través de una metodología novedosa, el valor económico de la certificación lingüística. Sobre la valoración que resulta de las respuestas a una encuesta respondida por cerca de 16.000 candidatos, por la vía de los costes incurridos -primera de las empleadas- se obtiene una cifra anual de 53 millones de euros en DELE y 14 millones en SIELE (Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española), que suman 67 millones de euros.
Por lo tanto, en términos individuales, esto supone un gasto medio de 520 euros por persona en DELE y 952 euros en SIELE (Sistema Internacional de Evaluación de la Lengua Española), con una media ponderada de 575 euros.
También, según el libro, los trabajadores que se certifican para mejorar laboralmente obtienen del mercado unos beneficios «muy superiores» a otros que no buscan esa finalidad primordial y estos beneficios marcan al menos un valor mínimo que casi dobla al del resto de los candidatos, que se sitúa en Europa, Brasil, Norteamérica y Asia Oriental por encima de los 800 euros por candidato.
Para concluir, el estudio del Instituto Cervantes y la Fundación Nebrija muestra que las certificaciones aspiran a atender las demandas lingüísticas de cada región geográfica, lo que da como resultado una oferta diversa en públicos destinatarios, modalidades de examen y validez de los certificados. Aunque se trata de un beneficio repartido universalmente, tiene «una clara potencialidad de aprovechamiento» por parte de España y los países hispanohablantes.