Entrevista a Raúl Esteban Herranz, CEO de Jesthisa: «Vivir fuera de las grandes urbes»
En los últimos años, hemos visto un resurgir de las ciudades que no superan los 100.000 habitantes, e incluso algunas con menos de 50.000. ¿A qué atribuye este movimiento de la población hacia las pequeñas ciudades?
Este fenómeno responde a varios factores, pero principalmente al cambio en las prioridades de las personas y las familias. Las grandes urbes ofrecen una vasta gama de oportunidades, pero también conllevan un ritmo de vida acelerado, estrés, y en muchos casos, un alto costo de vida. Cada vez más personas buscan un equilibrio, un entorno que les ofrezca calidad de vida, tranquilidad, y un espacio donde puedan conectarse más con la naturaleza y la comunidad. Las pequeñas ciudades, que antes eran vistas como menos atractivas, ahora se perciben como refugios de bienestar y sostenibilidad.
En este contexto, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan estas ciudades para mantener un crecimiento sostenible y garantizar servicios de calidad a sus nuevos residentes, muchos de ellos provenientes de grandes urbes?
El principal desafío es lograr un desarrollo urbano que respete el entorno y mantenga la esencia de la ciudad sin caer en una urbanización excesiva. Es crucial que estos municipios apuesten por infraestructuras adecuadas, como servicios de salud, educación, y transporte, sin sacrificar la calidad de vida que buscan sus nuevos residentes. Además, deben fomentar la economía local y crear un ecosistema que sea atractivo tanto para los habitantes actuales como para los nuevos. En Jesthisa, hemos notado que nuestros clientes buscan precisamente esto: una mezcla entre la tranquilidad y los servicios de una ciudad pequeña y las comodidades que tienen en las grandes urbes.
¿Cómo ha influido el cambio de paradigma laboral, como el crecimiento del autoempleo digital y el teletrabajo, en este movimiento hacia las pequeñas ciudades?
El teletrabajo y el autoempleo digital han sido factores clave en este cambio. Antes, la proximidad al lugar de trabajo era una de las principales razones para vivir en una gran ciudad. Hoy en día, con la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar, las personas eligen su lugar de residencia basándose en otros criterios, como la calidad de vida, la seguridad, y el entorno. Esta flexibilidad laboral ha permitido que muchas personas se muden a ciudades más pequeñas sin sacrificar sus carreras profesionales.
Desde la perspectiva de Jesthisa, ¿cómo han notado este cambio en el perfil de sus clientes en promociones como las de Guadalajara o Cabanillas del Campo?
En Guadalajara, con una población que ronda los 88.000 habitantes, y Cabanillas del Campo, con menos de 10.000, hemos observado un creciente interés de clientes que provienen de Madrid y otras grandes ciudades. Estos clientes buscan una alternativa más tranquila y económica, sin perder acceso a los servicios esenciales. Valoran la posibilidad de vivir en un entorno más natural y menos congestionado, donde pueden disfrutar de una vivienda de mayor calidad a un precio más accesible. Esto refleja un cambio significativo en las prioridades de los compradores, que ahora ponen en primer lugar la calidad de vida y el bienestar familiar.
¿Qué expectativas tiene para el futuro de estas ciudades y para las promociones que Jesthisa desarrolla en ellas?
Estamos convencidos de que este movimiento hacia las pequeñas ciudades va a continuar y crecer. Las promociones que desarrollamos están diseñadas pensando en un futuro sostenible, en el que la gente pueda disfrutar de su hogar y su entorno sin las presiones de la vida urbana. Creemos que estas ciudades se van a consolidar como destinos deseables no solo para vivir, sino también para emprender y desarrollar nuevos proyectos profesionales. Por eso, en Jesthisa, nos estamos enfocando en ofrecer productos que se adapten a estas nuevas demandas, con viviendas que combinan modernidad, eficiencia energética, y un entorno ideal para una vida tranquila y cómoda.