¿Quién no se ha sentido desamparado/a en algún momento de su vida? ¿Quién no ha estado delante de alguna encrucijada, sin saber qué camino escoger? Aunque hacer generalizaciones no es confiable, seguramente, todas las personas que no viven de una forma automática o preestablecida, han tenido que abrir algún camino en sus vidas. Machado dijo “caminante no hay camino, se hace camino al andar” y razón no le faltaba, pero, ¿cómo se aprende a andar? ¿Cómo aprende uno/a a andar, a hacer su propio camino y también, a acompañar a otros? Desde el año 1998, el Instituto Gestalt Counselling entrena a los profesionales para la relación de ayuda de esta índole: para aprender a acompañarnos en los propios procesos de vida y poder acompañar a otros en los suyos.
El entrenamiento en el Counselling Gestáltico ofrece un espacio para que cada alumno pueda hacer su propio proceso, para que pueda conocerse a través de las relaciones que se crean, a través de fenómenos que emergen en las sesiones y los efectos que estos causan en cada uno. Con una metodología vivencial y el compromiso de cada participante del grupo, uno puede ampliar sus propias formas de hacerse consciente de lo que fantasea, de lo que siente, de lo que decide hacer con lo que siente, de hacerlo y de comprobar si el efecto es de su agrado o no. Desarrollar la conciencia del sí mismo será necesario para poder acompañar a alguien y crear una relación de ayuda respetuosa con otra persona. Adriana (Nana) Schnake (Médico psiquiatra de la Universidad de Chile y precursora de la Gestalt en Chile) decía que la primera tarea indispensable para colaborar con la salud de las personas, es ayudar a las personas a que vean lo obvio (Schnake, 2001, p.45), y esta formación, sigue esa misma dirección fortaleciendo la singularidad de cada persona, dándole valor a lo que cada uno/a siente y ve, y reforzando la autonomía para decidir y hacer.
Una relación de ayuda respetuosa requiere aprender a responsabilizarnos de lo que a cada uno mismo le pasa cuando se acerca a la forma de vivir de otra persona. Caminar al lado de alguien significa que se camina un camino distinto con cada persona y que el Counsellor, no dirige hacia dónde, ni lleva a la otra persona por caminos conocidos por sí mismo (lo cual podría resultar más fácil). Se trata de caminar al lado, ni por delante tirando, ni por detrás empujando. Respetar la libertad de la otra persona, implica vivenciar una cierta incertidumbre cada vez que estamos con una nueva persona. Durante la formación, el/la alumno/a se entrena para obtener mayor experiencia y perspectiva en manejar todo el mundo emocional que esto implica y tiene la oportunidad de darse cuenta del efecto que todo esto tiene en su trabajo como Counsellor.
A andar, se aprende andando. Se aprende a manejar el mundo emocional, viviendo la emoción. Y para todo esto, se necesita un tiempo y un espacio. Esa es la labor del Instituto Gestalt Counselling: de crear ese lugar y ese momento para los que se quieren adentrar en el arte de crear relaciones de ayuda.