Es un hecho que cada vez más viajeros deciden donde van a realizar sus escapadas en función de la gastronomía local y la oferta hostelera. Cuando se elige un sitio, una de las primeras búsquedas por Internet es qué lugares son los más recomendados para comer. El Grupo RV EDIPRESS, agencia de comunicación especializada en información turística, recomiendo alguno de los mejores destinos gastronómicos para acertar seguro.
Un plan infalible a menos de una hora de Madrid
La comarca de Las Vegas & Alcarria Madrileña es una colección de postales memorables. Pueblos con encanto; kilómetros de vías verdes para recorrerlos en bicicleta o paseando; patrimonio histórico… y gastronomía. En sus 31 pueblos se puede saborear auténticos manjares. Las Vegas & Alcarria Madrileña es tierra de vinos, de aceite, quesos, embutidos y, desde luego, productos frescos de la huerta.
¿Dónde comer en la capital?
Hoy por hoy, Madrid es un destino gastronómico por méritos propios. Algunos de los mejores restaurantes del país tienen su sede en la ciudad del Manzanares, y es posible que sea un poco caótico encontrar un lugar apropiado entre la ingente cantidad de opciones. Mejor apostar por lo seguro. Un lugar íntimo, donde evadirse y disfrutar de un momento especial, ya sea un brunch, un almuerzo informal o una espectacular cena cantada, en la que el maridaje entre comida y espectáculo musical es sublime. En El Café de la Ópera, en pleno centro de la ciudad, esto y mucho más es posible.
Una provincia que está para comérsela
Jamón de Teruel, el aceite de oliva del Bajo Aragón, el melocotón de Calanda o el ternasco de Aragón, son solo algunas de las delicias que ofrece Teruel. Una provincia en la que todo lo que rodea a la producción agroalimentaria se potencia mediante la visita a explotaciones agropecuarias y centros de producción, catas y cursos de iniciación a los principales productos agroalimentarios turolenses o una completa nómina de museos y centros de interpretación donde comprender las características fundamentales de la gastronomía provincial.
Llerena, rica en muchos sentidos
La localidad pacense es conocida por ser un centro cultural e histórico de primer orden. Quienes han recorrido sus calles también han podido ‘hincarle el diente’ disfrutando de toda la tradición y buen hacer de su cocina, representada en unos platos que son orgullo de sus gentes. Un pueblo labrador y artesano que se autoabastece durante siglos de las legumbres de sus huertas y de los cereales de su campiña. Las sopas, el gazpacho y las migas, platos principalmente elaborados con pan, y el cerdo ibérico, con sus exquisitos jamones, chorizos, salchichones y morcones.
Aranda de Duero en otoño es una joya
La capital de la Ribera del Duero es capaz de impresionar por los cinco sentidos, siendo el gusto su gran fuerte. Asadores, restaurantes, bodegas… Lugares, todos ellos sorprendentes que muestran una cara de la ciudad diferente. Especialidades culinarias entre la que destaca por encima del resto el fabuloso lechazo asado. Es muy fácil sucumbir ante tal bocado, y si encima se acompaña con el mejor vino D.O Ribera del Duero, el plan es insuperable.
Liébana, una comarca ideal para ser saboreada
Pueblo por pueblo, rincón por rincón, en Cantabria, rodeada de montañas, existe un lugar sorprendente y único, donde los numerosos hosteleros de la zona han sabido mantener la coherencia con las tradiciones lebaniegas. El producto no podía ser mejor: sus quesos Picón de Bejes-Tresviso y los Quesucos de Liébana; los perniles, jamones de cerdo curados al frío, el borono (una especie de morcilla) y los embutidos de cerdo, jabalí y venado son un manjar que acompañan perfectamente a su plato estrella. El cocido lebaniego, elaborado con los pequeños garbanzos de las huertas de la comarca, es su plato insignia y su mayor orgullo. Sin embargo, no desmerecen en absoluto las carnes, de vacuno, cordero y cabrito, que tanto guisadas o, simplemente asadas harán la boca agua a los comensales.