Marruecos es un destino turístico que resulta atractivo por sus mercados, montañas y desiertos, entre otras razones. Además, existen espacios escondidos que pueden ofrecer una experiencia turística más auténtica y menos común.
En este sentido, Atar Experience se enfoca en proporcionar a los viajeros la posibilidad de descubrir zonas de Marruecos poco conocidas. Esta agencia realiza recorridos por diferentes rincones que se encuentran fuera de las rutas turísticas convencionales.
Una visita a los agadires de Marruecos
Los viajes que diseña esta agencia se orientan a proporcionar una experiencia que permite sumergirse en las raíces culturales de este país. En primer lugar, una de las zonas de Marruecos más destacadas por esta empresa son los graneros del Anti Atlas, ubicados en la región montañosa al sur del país. También conocidos como agadirs, se trata de un destino que refleja la arquitectura bereber.
Por lo general, se encuentran en cumbres de difícil acceso. De esta manera, ofrecen una visión impresionante de la vida en esta región remota. Además, poseen un interesante valor cultural, ya que el entorno del Anti Atlas, cuenta con formaciones rocosas y valles fértiles, un paraíso para quienes prefieren el senderismo y la fotografía, al ofrecer paisajes impresionantes compuestos por montañas nevadas y pueblos tradicionales.
Las dunas del Erg Chegaga
Los viajes a las dunas del Erg Chegaga, uno de los destinos más impresionantes del desierto del Sahara en Marruecos, ofrecen una experiencia verdaderamente aventurera y mágica. Este mar de dunas doradas, es menos turístico y más remoto que el Erg Chebbi,
Llegar a Erg Chegaga es toda una travesía, lo que añade un aire de exclusividad y autenticidad al viaje. El recorrido implica atravesar pistas de tierra y dunas, un trayecto que solo se puede realizar con vehículos 4×4 debido a las condiciones extremas del terreno. Durante el viaje, los paisajes cambian drásticamente, pasando de planicies pedregosas a impresionantes dunas de arena que alcanzan hasta 300 metros de altura.
La lejanía de Erg Chegaga garantiza una experiencia de desierto más pura y menos concurrida. Las dunas, que cambian de color con la luz del sol, crean un espectáculo visual que es a la vez sereno y espectacular. Por la noche, el cielo estrellado ofrece un espectáculo inolvidable, perfecto para los amantes de la astronomía y la tranquilidad absoluta. Lejos de la contaminación lumínica, el cielo sobre Erg Chegaga se convierte en un manto de estrellas, ofreciendo vistas claras de la Vía Láctea y a la constelación.
Alojarse en campamentos tradicionales bereberes añade un toque cultural y auténtico al viaje. Las comidas se preparan en fogones abiertos y se disfrutan bajo las estrellas, acompañadas por la música y los cuentos de los anfitriones bereberes.
El oasis de Skoura, en el sur de Marruecos, es un paraíso verde en medio del desierto, conocido por sus palmerales, huertos y sistemas de riego tradicionales. Este lugar permite a los viajeros explorar la naturaleza y la cultura local a través de recorridos a pie, en bici o coche. Destacan las kasbahs, antiguas fortalezas de adobe, como la Kasbah de Ameridil del siglo XVII, que ofrecen una fascinante visión de la arquitectura marroquí. Skoura combina belleza natural, historia y hospitalidad, con alojamientos auténticos que proporcionan una experiencia única en un entorno contrastante y enriquecedor.
El Valle del Tassoute, en el Alto Atlas de Marruecos, es un rincón pintoresco y remoto, famoso por sus pueblos de piedra y paisajes impresionantes. Magdaz, uno de los pueblos destacados, se caracteriza por sus ocho kasbahs de piedra que reflejan la arquitectura tradicional. Este enclave ofrece una visión auténtica de la vida rural marroquí, con sus calles empedradas y techos planos. Además, el valle, con su rica biodiversidad y montañas majestuosas, brinda oportunidades para el senderismo y la observación de la naturaleza, permitiendo a los viajeros experimentar una conexión profunda con la cultura y el entorno.
La ruta caravanera del Valle del Draa en el sur de Marruecos ofrece un viaje al pasado con su rica historia y belleza natural. Antiguamente vital para el comercio de oro, especias y sal, está salpicada de ksour fortificados como Tamnougalt, Ouled Driss y Nasrate, que reflejan la arquitectura tradicional y la vida en el desierto. Este recorrido permite explorar la historia y las tradiciones de la región, con paisajes cambiantes, palmerales y una rica biodiversidad. Es una experiencia auténtica que combina historia, cultura y naturaleza en un entorno desértico único.