El número de pasajeros de la industria de cruceros en España crecerá un 5% en 2024 en comparacion con el año pasado, lo que supone menos de la mitad del incremento del 12% que se espera para la totalidad del sector turístico en el país.
Así lo ha manifestado el director general de CLIA España, Alfredo Serrano, en un encuentro informativo este martes para abordar el escenario actual del turismo mundial y de España.
En 2023, España batió la cifra histórica prepandemia al registrar más de 12 millones de cruceristas, según Puertos del Estado, por lo que esta nueva previsión de la asociación internacional marcaría la nueva meta en 12,6 millones de pasajeros.
Asimismo, los datos más actuales corresponden al periodo entre enero y mayo, cuando más de cuatro millones de pasajeros de crucero transitaron por los puertos españoles, con un aumento del 6,6% con respecto a 2023.
En cuanto al nivel de los puertos, la entidad apunta a que el de Barcelona creció un 4% en los primeros cinco meses del año, tres puntos porcentuales por debajo del crecimiento del turismo nacional en su conjunto.
Por su parte, el puerto de Palma registró el año pasado un descenso del 15% en su nivel de actividad en comparación con 2019, mientras que las expectativas para 2024 auguran que crecerá poco o no lo hará.
A nivel global, Serrano ha explicado que la recuperación de la pandemia de Covid-19 llegó tarde en el sector de cruceros, siendo muy inferior a la experimentada en otros sectores de la industria, señalando que el año 2022 fue «bastante malo».
Además, esta recuperación tardía propició que primera mitad del del año pasado fuera relativamente «baja y floja». España se vio beneficiada por los cambios en la industria tras la pandemia, ya que hubo más barcos en el Mediterráneo y en los puertos de bases importantes como Barcelona y Palma, según Serrano.
A esto se une otra factor que son los conflictos geopolíticos como la guerra en Ucrania o el conflicto en Palestina, que provocaron que mercados o destinos importantes, con una gran proyeccción de crecimiento, finalmente bajaran su nivel y algunos cruceros «se refugiaron» en lugares considerados «más seguros», como es el caso de España.