La deshidratación, el uso prolongado de trajes de baño húmedos y la mayor frecuencia de actividades en piscinas y playas crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias que pueden provocar infecciones del tracto urinario.
Las mujeres sufren más infecciones de orina que los hombres debido a la menor longitud de su uretra, que acorta la distancia que las bacterias recorren hasta llegar a la vejiga.
Madrid, 10 de julio de 2024. Con la llegada del verano, las altas temperaturas y el aumento de las actividades en piscinas y playas para mitigar el calor, hay un incremento significativo en los casos de infecciones de orina, especialmente entre mujeres. Ante esta situación, los urólogos recomiendan estar informado sobre los factores de riesgo y las medidas de prevención para evitar este tipo de infecciones tan comunes durante la temporada estival.
Las infecciones urinarias se manifiestan con síntomas como ardor al orinar, necesidad frecuente y urgente de orinar, orina turbia o con mal olor, y en algunos casos, dolor en la parte baja del abdomen. El principal motivo por el cual las mujeres sufren más infecciones de orina que los hombres es porque tienen la uretra más corta, lo que acorta la distancia que las bacterias deben recorrer para llegar a la vejiga.
Factores como la deshidratación, el uso prolongado de trajes de baño húmedos y la mayor frecuencia de actividades en piscinas y playas crean un ambiente propicio para el crecimiento de bacterias, lo que puede provocar infecciones del tracto urinario (ITU). Para prevenirlo, el doctor David Carracedo Calvo, responsable de la Unidad de Urología Funcional Femenina y Urodinámica de ROC Clinic, aconseja mantener una buena hidratación bebiendo abundante agua. “Esto ayuda a aumentar la producción de orina y garantizar una micción frecuente que expulse las bacterias del tracto urinario”, explica el Dr. Carracedo. “Además, es importante mantener una adecuada higiene íntima, especialmente después de nadar, y cambiarse rápidamente los trajes de baño húmedos. No retrasar la micción y vaciar completamente la vejiga cada vez que se orina también son prácticas recomendadas, así como usar ropa interior de algodón y evitar prendas ajustadas que retengan humedad”, añade.
Existen diferentes tipos de infecciones urinarias. La más frecuente en mujeres es la infección en la vejiga, llamada cistitis. Esta infección es provocada por la bacteria Escherichia coli (E. coli), que es propia del tracto gastrointestinal y que suele encontrarse en la piel alrededor de la vagina. La E. coli puede ingresar en las vías urinarias y llegar hasta la vejiga. Aproximadamente un 15 – 20 % las pacientes que tienen un episodio de cistitis vuelven a tener nuevos episodios recurrentes en los siguientes meses.
Por otro lado, la infección se puede dar en los riñones, denominada pielonefritis. Esta es una infección muy grave que ocurre cuando una infección en la vejiga se extiende hacia los riñones, pudiendo causar daños permanentes.
Asimismo, la infección puede aparecer en la uretra, conocida como uretritis. Esta infección es causada por enfermedades de transmisión sexual. En la época estival, dado el aumento de las relaciones sexuales entre la población más joven, se observa un aumento de su incidencia.
El sistema urinario está diseñado para combatir los microorganismos invasores. Sin embargo, en ocasiones, estas defensas no funcionan adecuadamente, permitiendo que las bacterias se propaguen y provoquen una infección de las vías urinarias. Por este motivo, en caso de presentar estos síntomas, es fundamental acudir a un especialista para recibir el tratamiento adecuado. Tal y como señala el Dr. Carracedo Calvo, “existen varios enfoques para tratar las infecciones urinarias. Entre los principales se encuentran medicamentos antiinflamatorios para aliviar los síntomas y, si es necesario, antibióticos para combatir la infección”.
Adicionalmente, existen alternativas como la inmunoterapia o las instilaciones endovesicales, que son necesarias en casos de infecciones recurrentes. La inmunoterapia tiene como objetivo fortalecer el sistema inmune mientras que las instilaciones endovesicales ayudan a reparar y regenerar la mucosa de la vejiga dañada, dificultando la adherencia de las bacterias a las paredes de la vejiga.
Finalmente, están las medidas preventivas, que se implementan una vez que se ha controlado la infección urinaria. Estas medidas incluyen tratamientos naturales para regenerar la flora bacteriana de la vejiga, como el consumo de arándanos, la ingesta de D-manosa (un tipo de azúcar que se elimina a través de los riñones y alcanza altas concentraciones en las vías urinarias, ejerciendo un efecto antiadhesivo sobre las bacterias) o de probióticos.
El Dr. Carracedo subraya la importancia de la prevención durante el verano: “Esta es una época en la que debemos prestar especial atención a nuestra salud urinaria. La prevención es clave, pero, si se presentan síntomas, es crucial recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado para evitar complicaciones mayores«.
ROC Clinic
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