El fabricante japonés Toyota descarta nuevas irregularidades en las líneas de producción del grupo tras la crisis provocada por los fallos en las certificaciones de seguridad de sus vehículos, que obligó a paralizar la producción y los envíos de hasta tres modelos diferentes.
Los hallazgos del Ministerio de Transportes de Japón que localizaron fallas en la seguridad de varias marcas durante los últimos diez años han afectado de manera transversal a los fabricantes de vehículos nipones.
De hecho, en el caso de Toyota y otros cuatros fabricantes llegaron a admitir a principios del mes de junio que presentaron ante las autoridades datos erróneos o manipulados al solicitar la certificación de sus vehículos.
La marca ha asegurado este viernes en un comunicado que está comprometido a seguir tomando medidas de acuerdo con las directrices del departamento de transportes dependiente del Gobierno de Japón.
Las acciones de Toyota en la sesión de este viernes en la Bolsa de Valores de Tokio se han desplomado más de un 2%, hasta los 3.319 yenes (unos 19,08 euros por título). Sin embargo, el fabricante ha conseguido incrementar su capitalización cerca de un 26% desde enero.