Panorama y Manto son los Oyster Bar de moda de Grupo Barbillón, ambos espacios se encuentran fuera del cinturón de la M-30 que bordea el núcleo duro de la capital. En ambos espacios se puede disfrutar de una cocina de mercado donde la materia prima cobra especial protagonismo sin necesidad de artificios y donde se come muy rico, de verdad. Platos clásicos de toda la vida y otros con un toque más viajero a los que dan ese puntito de sabor inconfundible y sello de la casa que caracteriza sus cartas. Unas propuestas gastronómicas que siempre son un acierto, ideadas tanto para picotear y compartir como para darse un auténtico homenaje y, acompañarlo con una más que solvente carta de vinos que van desde los espumosos a los generosos, pasando por una cuidada selección de blancos y tintos. .
Detrás de este buen hacer se encuentran los hermanos Kike y Curro Sánchez del Amo, grandes conocedores de los gustos y paladares disfrutones que llenan cada uno de sus locales. Una fórmula que replican y convierten en éxito en cada uno de sus negocios hosteleros y que no tiene más misterio, ni menos mérito, que hacer que el comensal se siente a gusto, con ese trato cercano y amable que se brinda en sala, además de apostar por una certera cocina de producto con toques diferenciadores y materia prima de gran calidad.
En los Oyster Bar Manto y Panorama, se come muy bien y se disfruta de buenos vinos, en ese ambiente amable y relajado que se respira en todos los espacios de Grupo Barbillón. De sus raw bar salen propuestas como las otras Gillardeau nº 5 , un manjar apreciado por su sabor distintivo, textura cremosa y matices salinos, que tanto en Manto como en Panorama se sirven al natural o con alimentos más viajeros, sin restar protagonismo al molusco. Para complacer al paladar cuando el calor aprieta, platos refrescantes como el tartar de atún rojo sobre limas , o el delicioso carpaccio de pulpo con mayonesa infusionada con pimentón ahumado. Para seguir compartiendo sin salir del mar y el huerto, hay opciones como las gambas al ajillo con sus cabezas y un toque de amontillado un imprescindible para los que disfrutan mojando en todas las salsas; las zamburiñas con un puntito picantón; los huevos rotos o fritos acompañados de chipirones o de gamba roja, son una apuesta segura; no puede faltar el tomate de temporada , de esos que saben a verano, con bonito en escabeche, cebolla tierna y piparras, como Dios manda. Ensalada César , viva y crujiente para no renunciar a nada o bien la ensalada de rúcula con burrata y tartar de salmón . Para terminar, compartiendo o no, su rapito y chipironcitosa las brasas. También hay buen producto y opciones para los más carnívoros.
La carta incluye también los grandes clásicos de la casa que puedes pedir una y otra vez sin cansarte. Platos icónicos de Grupo Barbillón como son, la ensaladilla de mi madre con gambitas de cristal fritas, las croquetas de jamón-jamón , el nigiri de steak tartar con huevo de codorniz o las colitas de gamba en tempura japonesa y mayonesa sriracha , entre otras también. muy apetecibles.
Para los más golosos también hay dulces opciones, como son la ya mítica tarta árabe , receta familiar y presente en todos los establecimientos de Grupo Barbillón o la torrija casera con sopa de chocolate blanco y helado para poner el broche caprichoso a toda buena comida.
Buena coctelería con influencias internacionales y donde también hay cabida para los clásicos, complementa a la perfección la propuesta líquida. La carta de vinos de los Oyster es dinámica y vibrante con una selección de vinos y espumosos nacionales e internacionales, donde también se apuesta por generosos y referencias cuidadosamente elegidas que invitan a descubrir y saborear con cada plato.