Leo Express, el operador checo participado por Renfe, obtuvo un beneficio neto de 165.000 euros en 2023, lo que supone dejar atrás las pérdidas de 124.000 euros que registró el año anterior, gracias al aumento de los servicios ferroviarios que presta en el centro de Europa y del número de viajeros.
Según ha comunicado la compañía con motivo de la presentación de sus últimos resultados financieros anuales, los ingresos fueron de 24,4 millones de euros y el resultado bruto de explotación (Ebitda) de 5,7 millones, casi triplicando el de 2022.
Con todo ello, el número de viajeros fue de 1,7 millones de usuarios, aunque para 2024 espera alcanzar los 3,5 millones de viajeros y recorrer 5 millones de kilómetros, duplicando así su negocio, hasta los 40 millones de euros de ingresos.
La compañía también defiende haber pagado todos sus préstamos bancarios y continúa recurriendo al leasing financiero y operativo. «Nuestra visión sigue siendo la misma, convirtiéndonos en el principal operador alternativo de pasajeros ferroviarios en Europa Central», ha señalado su consejero delegado, Peter Kohler.
En junio, Leo Express extenderá sus servicios diarios en la ruta Praga-Ostrava, agregando conexiones a Lvivy y aumentando los servicios de verano entre Praga y Cracovia.
Su presidente, Manel Villalante –propuesto por Renfe–, ha explicado que el año pasado fue un ejercicio «clave» para Leo Express, ya que marcó un punto de inflexión «en el camino hacia el crecimiento, como muestran los resultados y el rendimiento».