La historia de Freepik empezó en el otoño de 2010 en Málaga con sus tres fundadores: los hermanos Alejandro y Pablo Blanes y su amigo Joaquín Cuenca. Buscaban recursos gráficos gratuitos para su blog y les costaba encontrar ilustraciones y vectores para sus diseños. Cogieron el motor de la base de datos de su banco de imágenes y lo pusieron a buscar recursos gratuitos en blogs que se añadían automáticamente a su sistema. Lo lanzaron a los usuarios de Internet y vieron que les resultaba útil. La actividad fue creciendo hasta que hoy en día ofrecen 4,5 millones de recursos gráficos, tienen 18 millones de usuarios al mes en todo el mundo y registran más de 100 millones de descargas mensuales de los productos que hay en su web (ilustraciones, fotos, iconos, plantillas de presentaciones…). Freepik, que en 2013 creó su web Flaticon -para iconos- y en 2019 Slidesgo -plantillas de presentaciones-, se ha convertido en una empresa que espera cerrar 2021 con 400 empleados y que concluyó 2019 facturando 31 millones de euros, cuatro veces más de lo que ingresaba hace solo cuatro años.
Esta evolución es la que llamó la atención de medios extranjeros como el Financial Times, que la ha ubicado los últimos cuatro años entre las mil empresas que más crece en Europa, y sobre todo del fondo sueco EQT, que la compró en mayo de 2020 al parecer por unos 250 millones de euros.
Los escandinavos gestionan desde hace un año esta empresa que cuando llegaron tenía 233 empleados. En plena pandemia han contratado 100 trabajadores más. Se han encontrado con una compañía con un modelo de negocio claro que van a tratar de que siga creciendo. ¿Lo conseguirán?
Freepik es una empresa bien conocida por sus usuarios, pero no tanto por el público generalista. El director financiero de la firma, Amine Saoudi-Hassani, admite que quizá la ubicación en Málaga le haya hecho estar fuera del radar de los inversores. En Barcelona y Madrid se habla mucho de los emprendedores, “pero no ocurre tanto en otras zonas como el País Vasco, Valencia o Málaga, donde hay un tejido emprendedor importante en la sombra”. Joaquín Cuenca sirve de ejemplo: antes de cofundar Freepik cofundó en Alicante la primera empresa española que se vendió a Google: Panoramio.
Para Amine, la clave del éxito de Freepik ha estado en el trabajo concienzudo de los tres cofundadores, todos apasionados de la fotografía: “Había muchas webs donde se podían comprar o conseguir recursos gráficos, pero no eran tan buenas como Freepik. Tenían muy claro lo que querían hacer, y lo han hecho con mucha humildad y cuidando mucho el producto que ofrecen”. La escucha del cliente (diseñadores, estudiantes) para darle lo que necesita ha sido muy importante. En Freepik están a la última, estudian lo que funciona y adelantan tendencias. Ahora han de escuchar a su nuevo propietario para saber dónde quiere ir.
Amine piensa que el fondo EQT les va a aportar estrategia, contactos y conocimientos. Hasta ahora Freepik había crecido con los ingresos que generaba. La entrada del fondo sueco puede abrirle puertas. Freepik no las cierra para adquirir otras compañías que puedan complementar su negocio.
De momento la clave es seguir cuidando el contenido que ofrecen a sus usuarios. Freepik cuenta con la aportación de unos 12.000 colaboradores de todo el mundo (fotógrafos y diseñadores) y da acceso a contenidos gráficos de Adobe. Los usuarios de la web pueden descargar recursos gráficos gratis o pagando. La principal vía de ingresos de Freepik es la suscripción de los usuarios de pago. Les cobra 9,99 euros al mes u 89,99 euros al año. El resto de ingresos proviene de la publicidad que puede verse en la web y de los socios, en este caso Adobe, que proporcionan contenido que Freepik no tiene. Amine piensa que es un buen modelo de negocio y está satisfecho con lo que cobran: “Nos ha costado mucho trabajo definir un precio justo”, admite.
La plataforma es también un lugar muy interesante para los colaboradores que envían sus imágenes: “Llegan a un cliente al que no podrían llegar si no fuera por una web como la nuestra”, afirma Amine. Entre los colaboradores los hay que utilizan los bancos de imágenes para obtener ingresos extra cada mes; otros los utilizan como medio de vida, y
otros son colaboradores plenamente dedicados a la industria de las imágenes de stock que acaban generando empleo y se constituyen como pequeñas o medianas empresas.
Los colaboradores generalmente comparten su contenido, que no es exclusivo, en varios bancos de imágenes a la vez, y adaptan el contenido al perfil de usuario de cada uno de ellos. En Freepik Company, además de esta red de colaboradores, existe un conjunto de unos 450 diseñadores que crean contenido exclusivamente para Freepik y también trabajan en remoto. Este conjunto de diseñadores son liderados por los directores de Arte de la empresa. Trabajan con cierta periodicidad y atienden a los requerimientos que les hacen llegar los directores de arte cada mes.
Para quienes cobran por imagen, la compañía paga unos 0,11 euros por descarga de la colección premium y 0,005 euros por descarga de la colección gratuita. En YouTube se pueden ver vídeos con experiencias de usuarios de Freepik. Uno de ellos es Luis, un fotógrafo que tiene un canal llamado Enfoca y dispara. En su vídeo ¿Cuánto dinero gano con Freepik?, explica que es un buen lugar para generar unas ventas estables si el contenido es de calidad. En el momento del vídeo, tenía 1.900 fotografías volcadas en la plataforma y comercializaba entre 700 y 1.200 al mes. Una de ellas, por ejemplo, se había descargado 303 veces en seis meses y le había supuesto 31 euros. En su opinión, las ventajas de Freepik residen en que mueve mucho volumen de usuarios y muchas ventas y que se paga en euros. Como inconvenientes resalta que no se empieza a cobrar hasta que se han generado 100 euros; que se abonan a los dos meses, y que pagan poco, aunque en su caso acaba saliendo más o menos igual que en Shutterstock, donde también vende. Tras haberlo usado nueve meses lo recomienda, entre otras cosas porque le sirve para comercializar imágenes que de otro modo estarían paradas y porque le supone unos buenos ingresos extra. Incide en que se venden muy bien los archivos PSD y en que son muy exigentes y hay que escoger bien lo que se envía para no ser rechazado.
Los colaboradores son de distintos países de Europa, Asia, América, África… Dan “un abanico de imágenes amplio”, aunque Amine espera que el surtido se amplíe tras la entrada del nuevo socio y la expansión a nuevos mercados, y que no sólo abunden las imágenes de estilo europeo.
El contenido de Freepik tiene competidores, pero no puede compararse al de empresas como Getty Images: “Cada uno tiene su negocio. Ellos ofrecen fotografías de un nivel más alto y nosotros somos líderes en iconos y vectores”, indica Amine. En su opinión, la relación calidad/precio de Freepik es muy interesante.
La llegada del fondo sueco plantea qué pasará en el futuro con los fundadores. Con el dinero en la mano, podrían pensar en dejar la empresa e iniciar otras aventuras. Amine no cree que vaya a ser así: “Es verdad que no hay nadie imprescindible, pero ellos son la materia gris, los que han producido el éxito hasta hoy. Siguen estando al frente, y pongo mi mano en el fuego a que seguirán estando en dos-cuatro años”.
Desde luego, el nuevo socio no parece darles argumentos para que se vayan. Todo lo contrario: “Cuidan muy bien a la gente”, sostiene Amine, aunque admite que los sueldos no han mejorado desde que llegaron. Aun así, el clima de satisfacción laboral y el grado de motivación son altos, según comprobaron en una encuesta anónima reciente entre los empleados. Amine, que lleva unos meses en la empresa, afirma que nunca había visto un ambiente tan familiar en una empresa online.
Tampoco parece haber dudas sobre otra inquietud que podría surgir en torno a la compañía: que cambiara de sede, o que tuviera delegaciones en otros lugares: “No veo la necesidad operativa. Somos un negocio online”, sostiene Amine. Durante la pandemia, han podido ver el teletrabajo como una oportunidad “por la posibilidad de captar talento que no resida en Málaga, aunque también hay quienes quieren trabajar en Málaga porque tiene una calidad de vida muy alta”.
El teletrabajo seguirá presente en esta empresa, para la que Amine ve en el futuro un sistema mixto de trabajo: presencial cuando haga falta y a distancia de modo habitual, con muchos colaboradores externos, y con la mayoría de los empleados viéndose en Málaga cuando la pandemia lo permita, porque del compañerismo, del trabajo en común y en este caso la pasión por la fotografía, es de donde salen las mejores ideas.