La demanda de carburantes en España registró una caída histórica y se situó en niveles de los años 90 como consecuencia de la pandemia, al tiempo que los precios de venta al público se situaron en los niveles más bajos de la década, según el informe anual de supervisión de la distribución de carburantes en estaciones de servicio correspondiente al año 2020 publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Así, durante el año pasado, la demanda de gasolina 95 y la del gasóleo A experimentaron en conjunto una caída del 17,1% y se situaron en niveles propios de la década de los años 90 como consecuencia de la pandemia.
Los precios de venta al público disminuyeron hasta los 1,2 euros por litro (-9,3%) para la gasolina 95 y los 1,1 euros por litro (-11,7%) para el gasóleo A en promedio anual. La bajada fue inferior a experimentada por los productos de referencia (gasolina y gasóleo) en los mercados internacionales.
Ello se explica, según la CNMC, porque la subida en el margen bruto de distribución en España, es decir, la diferencia entre el precio antes de impuestos y la cotización internacional, alcanzó máximos históricos: 25 céntimos de euro por litro para la gasolina 95 y 24 céntimos de euro por litro para el gasóleo A, en promedio anual. Asímismo, los diferenciales de precios y márgenes brutos con Europa se ampliaron.
En el lado de la oferta se observó un continuo crecimiento de la red de estaciones de servicio, liderado por las instalaciones independientes, aunque con escasa penetración del modelo sin personal «in situ», modelo que, en opinión del organismo que preside Cani Fernández, contribuiría a reducir los costes de distribución y, por tanto, los márgenes brutos.
En 2020 las gasolineras independientes superaron el 40% de cuota en términos de puntos de venta. Con márgenes brutos inferiores a los de las estaciones abanderadas, aplicaron una mayor reducción en sus precios de venta.
En su informe, la CNMC concluye que las medidas incluidas en la Ley 11/2013 para promover la competencia en la distribución minorista de carburantes han tenido un efecto positivo, contribuyendo al aumento de la oferta de estaciones de servicio, principalmente independientes, que ha supuesto un incremento de las mismas de casi 1.700 en el periodo 2013-2020. En contraposición, la red del principal operador (Grupo Repsol) se ha visto mermada, reduciendo significativamente su presencia en muchas provincias.
En virtud de dicha Ley se facilitó la apertura de nuevas instalaciones, se impusieron ciertas restricciones en las estaciones de servicio abanderadas para dar libertad al empresario minorista a la hora de fijar sus precios en la gasolinera suavizando los contratos de vinculación con operadores mayoristas y se limitó la expansión de las redes de los operadores dominantes, en particular Repsol y Cepsa con cuotas a nivel provincial (isla o ciudad autónoma) superior al 30%.
En promedio anual y para el ámbito peninsular, en 2020 se pudieron observar diferencias del orden de 9 céntimos por litro entre las estaciones de servicio de los distintos grupos (7 céntimos por litro en 2019).
LAS GASOLINERAS INDEPENDIENTES, MÁS BARATAS
La mejora observada en los últimos años se debe, fundamentalmente, a las instalaciones independientes que, además de crecer en número, continuaron rebajando los precios frente a los de las estaciones de servicio de las redes abanderadas que, por el contrario, mostraron un alineamiento significativo de precios.
El margen bruto de distribución (diferencia entre el precio antes de impuestos y la cotización internacional de referencia de precio mayorista) ha mantenido en estos últimos años una tendencia creciente, explicada por los costes asociados al punto de venta, pero también por los costes asociados a las obligaciones normativas, las cuales recaen sobre los operadores mayoristas.
Las obligaciones normativas más significativas son el mantenimiento de existencias mínimas de seguridad, las aportaciones al Fondo Nacional de Eficiencia Energética y la obligación de comercialización de biocarburantes. Esta última, según la CNMC, es el principal motivo de los aumentos observados en el margen bruto en el periodo analizado, ya que se han establecido objetivos de penetración de estos productos cada vez más exigentes.
COMPETENCIA «MEJORABLE»
Por todo ello, la CNMC concluye que los precios de los carburantes en España responden a un nivel de competencia mejorable (pese a la mejora de los últimos años) y a factores estructurales propios del mercado español.
Finalmente, la CNMC en su informe realiza una serie de recomendaciones para mejorar la competencia y la supervisión del mercado, entre ellas que la normativa no ponga barreras a la instalación de estaciones de servicio más eficientes en costes que no se justifiquen por razones de interés general.
Además, a su juicio conviene mejorar la transparencia en los contratos de exclusividad de suministro en estaciones de servicio con régimen de venta en firme, así como que se analice un posible replanteamiento de la limitación de la red a los operadores con cuota superior al 30%.
Asimismo, considera que conviene perfeccionar la información de que dispone la Administración sobre contratos de exclusividad y las ventas anuales, y de los precios de adquisición del producto por parte de las estaciones de servicio, entre otros.