El Grupo RV EDIPRESS, agencia de comunicación especializada en comunicación turística, ofrece algunas de las mejores alternativas para una escapada gastronómica perfecta.
Es una realidad que cada vez más gente elige uno u otro destino por la oferta gastronómica de que dispone. Comer bien es una máxima para muchos viajeros que no se conforman solo con ver monumentos y paisajes naturales excepcionales. Un buen menú no puede faltar en el libro de experiencias de los viajeros más exigentes. Por eso, aquí van algunos de los destinos más ‘sabrosos’ para disfrutar tanto del entorno y la cultura, como de un buen banquete… ¡Buen provecho!
Aranda de Duero. Lechazo y vino, maridaje perfecto. En la ribera de uno de los ríos más icónicos de este país se cocina uno de los mejores platos que el buen amante de la gastronomía puede encontrar. El lechazo asado es una delicia culinaria preparada con un mimo y cuidado especial. Los tiempos, la presentación, todos los detalles son mirados al milímetro para ofrecer un plato emblemático de la gastronomía arandina. A ello se le suma una buena botella D.O Ribera del Duero y obtenemos un almuerzo o cena difícil de olvidar…
Llerena. Tradición y buen hacer a la extremeña. Quien se haya dejado caer alguna vez por la Campiña Sur sabe que sus gentes, en su mayoría de origen humilde, se han abastecido durante siglos de las legumbres de sus huertas y de los cereales de su campiña. Las sopas, el gazpacho y las migas, platos principalmente elaborados con pan, y el cerdo ibérico, con sus exquisitos jamones, chorizos, salchichones y morcones, son los ingredientes principales de su dieta.
Torrelodones, un baluarte gastronómico en el centro de la península. Aunque mucha gente la asocia automáticamente con el casino, esta localidad madrileña puede presumir de ser un verdadero lugar de peregrinación para los amantes de la gastronomía. La lista de restaurantes, asadores y tascas está bien surtida y atiende a todos los gustos, preferencias y bolsillos. Tradición, innovación y un producto inmejorable son las bases de su restauración, siempre pensando en ofrecer el mejor servicio a sus comensales y apostando por las recetas de toda la vida.
Ruta del vino de Rioja Alavesa, puro sabor del norte. Esta pequeña comarca del sur de Euskadi es lo más parecido a la lista de deseos de todo buen sibarita. Desde bodegas centenarias hasta las más vanguardistas en las que probar verdaderos tesoros enológicos; asadores en los que disfrutar del mejor producto local preparado a la manera tradicional de Rioja Alavesa; decenas de opciones para ir de pintxos con familiares y amigos; así como un sinfín de propuestas y experiencias singulares ligadas a la gastronomía. En Rioja Alavesa, sentarse a la mesa es más que una acción, forma parte de su idiosincrasia. Si buscas una opción concreta, sin duda elije el Espacio Gastronómico Villa-Lucía, en Laguardia. Cocina tradicional vasco-riojana en un espacio único en pleno corazón de la comarca. Acierto seguro.
Menorca. Sabor con identidad propia. De las experiencias más agradables que puede ofrecer la isla al visitante, un viaje gastronómico es una de ellas. Productos artesanales, una elaboración hecha a conciencia respetando la tradición y la apuesta por aportar ese sello ‘made in Menorca’. En 2019 se hizo público que la isla sería declarada Región Gastronómica Europea 2022, como constatación de que Menorca es un destino de referencia para los amantes de la buena cocina. Vino, aceite, sobrasada, azafrán… y por supuesto, el queso. La isla cuenta con unos productos que dotan a su gastronomía de un sello propio en inconfundible.
Formentera, con mucho gusto. Un producto local de lujo, mimo en los pequeños detalles y ese inconfundible toque slow que caracteriza a la más pequeña de las islas Pitiusas. Sal líquida, vino, miel, higos secos, queso fresco, bescuit (pan seco) y el archiconocido peix sec. La sencillez de la cocina de Formentera es su principal punto fuerte. El plato estrella de la gastronomía de Formentera: la ensalada payesa. Una preparación que pone de relieve los orígenes de un pueblo humilde, que aprovechaba lo que había en las casas y que como resultado se obtuvo un plato fresco y sencillo.