La economía europea apunta a un «aterrizaje suave», después de atravesar dos crisis como la pandemia y el problema de seguridad energética tras la invasión rusa de Ucrania, aunque dicha evolución «no está garantizada», según ha advertido el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha instado a la UE a reducir sus barreras internas para profundizar el mercado único e impulsar la productividad.
«Dije que no está garantizada porque es necesario que muchas cosas salgan bien», ha señalado en rueda de prensa el director del departamento europeo del FMI, Alfred Kammer, para quien uno de estos factores es el mercado laboral, con capacidad de ofrecer solidez y crecimiento salarial para generar aumentos de ingresos reales, pero sin generar demasiada presión desde el lado de la inflación, que provocaría una nueva intervención de la política monetaria.
En este sentido, no obstante, el funcionario alemán del FMI confía en que el Banco Central Europeo (BCE) estará en junio en condiciones de empezar a reducir los tipos de interés para la zona euro, con recortes de tipos de un cuarto de punto porcentual hasta alcanzar la neutralidad pata septiembre del próximo año.
Por otro lado, Kammer ha insistido en que Europa necesita centrarse en impulsar la productividad para cerrar su brecha respecto de Estados Unidos, para lo que serán necesarias medidas adicionales.
«Nuestra recomendación a Europa es centrarse en construir y profundizar el mercado único», ha resumido el jefe para Europa del FMI, añadiendo que en términos de una mayor integración «hay mucho por hacer», ya que no sólo se trata de los mercados de capitales y la unión bancaria, sino también de la infraestructura fronteriza respecto de la movilidad laboral, la portabilidad de certificados educativos y toda una serie de cuestiones que se pueden abordar.
De tal modo, según estimaciones realizadas, el funcionario del FMI ha indicado que una reducción de 10 puntos porcentuales en las barreras internas aumentaría el nivel del PIB en un 7%.
Asimismo, ha defendido que esta apertura hacia el mercado único también será una respuesta a un entorno geoeconómico más difícil, porque creará resiliencia y reforzará la economía, mientras que ha advertido de que, por el contrario, lo que no debe hacerse es apostar por el proteccionismo, donde las guerras de subsidios reducirían el comercio global y el libre flujo de bienes, servicios y capital.
«Si paramos ese motor, será un desastre para las poblaciones mundiales. Ese no es el camino correcto a seguir», ha defendido Kammer señalando la preocupación del FMI respecto de las subvenciones, que han aumentado en los últimos años en la UE y a nivel nacional en respuesta a la pandemia.
«Lo que estamos viendo es que los países europeos más grandes y ricos pueden asumir esos subsidios. Pero, en general, van a perjudicar a Europa», ha explicado, añadiendo que, lo más importante, «deben ser a nivel de la UE y no a nivel nacional porque eso sería costoso en términos de eficiencia».