Las modalidades de inversión se han diversificado en los últimos años, de la mano de la proliferación de información accesible y de plataformas financieras.
Sin embargo, hay dos perspectivas que protagonizan la contienda por la preferencia de los inversores contemporáneos y son la gestión activa y la pasiva. De la mano de la compañía líder en asesoramiento y planificación financiera, Fortuna, se invita a explorar más de estos dos enfoques de inversión para descubrir cuál resulta más conveniente en términos de conveniencia y rentabilidad.
Gestión pasiva de fondos de inversión vs. gestión activa
La modalidad de gestión pasiva de los fondos de inversión ha crecido en popularidad durante estos últimos años, impulsada por el auge de fondos indexados y ETFs (Exchange-Traded Funds). Los fondos indexados son vehículos de inversión que siguen el rendimiento de un índice específico del mercado, mientras que los ETFs son similares, pero se negocian en bolsa como acciones individuales. Esto brinda liquidez y flexibilidad para los inversores, bajo una modalidad menos costosa y más simple de inversión. No obstante, es fundamental considerar que, en un contexto económico fluctuante, atravesado por mercados financieros altamente volátiles, resulta poco conveniente relegar la inversión a una gestión pasiva.
Por su parte, la gestión activa de fondos permite adaptar rápidamente la inversión según las dinámicas diarias del mercado. En tiempos de turbulencia económica como los actuales, este enfoque minimiza el impacto negativo en las inversiones. Los gestores activos pueden ajustar estrategias para contrarrestar fluctuaciones adversas, mientras que los inversores pasivos pueden quedar expuestos a las caídas del mercado sin posibilidad de acción.
La premisa de «ya subirá» no siempre es aplicable debido al efecto de las pérdidas en la rentabilidad futura. Por cada punto que se logra reducir las pérdidas con la gestión activa en comparación con la caída del índice de referencia, más fácil será para las inversiones recuperarse y obtener una rentabilidad potencialmente mayor a largo plazo.
Estilos de gestión activa
A través de la selección experta de activos y una administración proactiva de carteras de inversión, como la que puede llevar a cabo el equipo de Fortuna, la gestión activa resulta altamente rentable. Sus estrategias dinámicas de inversión permiten superar los índices de referencia a través de distintas modalidades de gestión activa.
Los fondos de inversión con enfoque en crecimiento (growth) identifican empresas con un potencial de crecimiento significativo en sus ingresos y utilidades en el futuro. Por el contrario, los fondos de inversión de valor (value) se centran en identificar oportunidades de acciones subvaluadas de empresas que eventualmente se revalorizarán a medida que el mercado reconozca su verdadero potencial. Por su parte, los fondos de inversión con enfoque en calidad (quality) se concentran en empresas con fuertes fundamentos financieros, como un balance sólido, flujos de efectivo consistentes y un historial probado de rentabilidad. La gestión activa en este estilo implica la selección de empresas con potencial a resistir mejor las turbulencias del mercado y generar retornos consistentes a lo largo del tiempo.