En un mundo cada vez más consciente de los efectos negativos del impacto ambiental, las empresas se han visto en la necesidad de replantearse sus modelos de negocios, para adoptar prácticas de eficiencia energética.
Con ello, no solo logran disminuir el daño al medio ambiente, sino también obtienen una serie de beneficios económicos y competitivos en su sector.
No obstante, la adopción de un sistema de gestión sostenible es un proceso que debe darse de manera personalizada, tomando en cuenta los objetivos y capacidades de cada organización, destaca Xavier Palacios, quien ha consolidado una destacada trayectoria en España como profesional del sector de la ingeniería, energía e instalaciones desde el año 2005.
El especialista comparte algunas claves para optimizar el consumo energético en las organizaciones.
5 formas de mejorar la eficiencia energética y sostenibilidad aplicando medidas de gestión
Sin olvidar la definición del concepto de «Eficiencia Energética», el experto destaca la importancia de realizar una auditoría energética en las empresas para entender sus niveles de consumo y encontrar oportunidades para reducirlo, sin afectar el confort del espacio laboral.
La segunda recomendación es implementar en las organizaciones un plan de gestión de energía con acciones concretas de ahorro energético, para que los empleados colaboren en el uso responsable de la energía dentro de las oficinas.
La eficiencia energética se puede mejorar mediante diversas medidas de gestión que pueden aplicarse en diferentes contextos, desde el sector residencial, pasando por el terciario y hasta la industria. Para empezar, algunos puntos a considerar:
Auditorías energéticas regulares: Realizar auditorías energéticas periódicas en edificaciones e instalaciones industriales puede identificar áreas de mejora donde optimizar los usos energéticos. Estas auditorías pueden ayudar a determinar qué equipos o sistemas están utilizando más energía de la necesaria y qué medidas correctivas se pueden tomar para mejorar la eficiencia.
Implementación de sistemas de gestión energética (SGE): Establecer un sistema de gestión energética basado en estándares reconocidos, como ISO 50001, puede ayudar a las organizaciones a establecer políticas y objetivos de ahorro energético, así como a monitorear y gestionar el consumo de energía de manera más efectiva; sobre todo, implantando cuadros de mando con softwares y equipos de monitorización energética en tiempo real, sistema conocido como EMS (Energy Management System), así como herramientas de reporting de Business Intelligent, como puede PowerBI.
Formación y sensibilización del personal: Capacitar al personal en prácticas de eficiencia energética puede marcar una gran diferencia. Esto puede incluir educar a los empleados sobre cómo apagar equipos cuando no estén en uso, optimizar la configuración de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC), y adoptar hábitos de trabajo más eficientes desde el punto de vista energético.
Uso de tecnologías inteligentes y sistemas de automatización: La implementación de tecnologías inteligentes y sistemas de control, con capacidad de toma de decisiones mediante lógicas prefijadas; como sensores de movimiento para controlar la iluminación, sistemas de gestión de edificios (BMS) para optimizar el consumo de energía en HVAC, y sistemas de control de procesos en la industria, puede ayudar a reducir el consumo energético al ajustar automáticamente el uso de energía según las condiciones y la demanda en tiempo real.
Incentivos y programas de gestión energética: Establecer incentivos internos para fomentar el ahorro de energía y la mejora de la eficiencia, como bonificaciones por cumplir objetivos de ahorro energético, también puede ser efectivo. Además, aprovechar los programas gubernamentales y las subvenciones disponibles para proyectos de eficiencia energética puede ayudar a financiar la implementación de medidas de gestión energética.
En resumen, la gestión efectiva de la energía implica una combinación de políticas, tecnologías y prácticas que promuevan el uso responsable y eficiente de los recursos energéticos disponibles.
Aunque no es una medida de eficiencia energética, o por lo menos no lo es a nivel del consumidor o pequeño generador, y sin entrar en si lo es para el operador del sistema; sí que hace hincapié en la importancia de considerar el autoconsumo a través de la instalación de paneles fotovoltaicos que propone el experto para generar energía verde y reducir el coste energético operacional.
Otras acciones de eficiencia energética
Por otra parte, actuar en instalaciones y realizar remodelaciones y obras locativas que optimicen el consumo energético, es una buena práctica, si bien hay que trazar un plan estratégico para acometer todas las MAE (Medidas de Ahorro Energético) propuestas en las auditorías energéticas, siendo recomendable primero actuar en las medidas de gestión y prácticamente sin inversión (QuickWins), para ir posteriormente implantando MAE’s con retornos de la inversión a corto plazo y finalmente las de mayor peso económico.
Finalmente, Xavier asegura que monitorizar con frecuencia el plan de gestión de eficiencia energética es esencial para analizar los resultados obtenidos y detectar oportunidades de mejora para reducir el consumo energético; siempre con una elevada implicación y compromiso de la alta dirección y de todo el personal de la compañía, por eso es esencial la formación interna y concienciación.
En definitiva, cada pequeña acción de eficiencia energética en las empresas, puede contribuir a un futuro más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.